Familia colaborará con la Once para que los perros guías jubilados participen en centros de mayores

La organización inaugura una exposición sobre los animales que mejoran la movilidad / En León hay 14 animales que trabajan al lado de personas ciegas

Ical
17/02/2016
 Actualizado a 01/09/2019
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La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Alicia García, aprovechó este miércoles en Valladolid la inauguración de la exposición '25 años caminando juntos' sobre los perros guía de la Once para anunciar que la Junta de Castilla y León colaborará con la fundación de la entidad para que los animales jubilados participen en los centros de personas mayores de la Comunidad. De esta manera, se copia la experiencia llevada a cabo en la residencia San Blas de Fabero (León), que en 2014 adoptó a Cuca, una perra labradora que durante diez años fue guía de una persona ciega, para hacer compañía a unos ancianos en el módulo de convivencia del programa 'En mi casa'. Un modelo de atención integral centrado en las personas mayores, sus necesidades y sus deseos para que su estancia en los centros sea lo más parecida a vivir en su domicilio.

García recordó que la residencia de Fabero recibió por esta iniciativa uno de los premios de la Fundación Pilares para la Autonomía Personal que reconoce las mejores prácticas de experiencias pioneras en la atención a personas con discapacidad. No en vano, la consejera destacó las ventajas de la presencia de los perros guía jubilados en este tipo de centros puesto que son animales acostumbrados a estar rodeados de personas y hacer compañía.

La inauguración de la muestra, que celebra el 25 aniversario de la Fundación Once del Perro Guía, también sirvió para que Alicia García apuntara que Familia trabaja en el desarrollo de un reglamento de la Ley de Igualdad de Oportunidades para las Personas con Discapacidad, referente a la labor de estos animales que tienen derecho a acceder a los edificios públicos en la región. En ese sentido, según información recogida por la Agencia Ical, se refirió a la creación de un grupo de trabajo con técnicos de la Fundación de la Once para desarrollar el reglamento.

La consejera recogía así el guante lanzado por el delegado territorial de la Once en Castilla y León, Ismael Pérez, que solicitó la “complicidad” de las administraciones públicas, sin olvidar el trabajo de la Fundación del Perro Guía para mejorar la movilidad de las personas ciegas o con discapacidad visual y lograr la plena integración así como la solidaridad de los ciudadanos que con la compra del cupón hacen posible estos programas que han facilitado la vida de más de 2.500 personas.

No en vano, la formación de estos perros guía, que se prolonga durante dos años, supone un desembolso de 30.000 euros. La Fundación del Perro Guía, ubicada en Boadilla del Monte (Madrid), cuenta con 110.000 metros cuadrados que acogen los servicios de crianza, alojamiento y cuidado de cachorros, entrenamiento e instrucción de perros, clínica veterinaria, albergue para perros jubilados y residencia para la formación de los usuarios de perros guía. Aquí los instructores enseñan a los canes a evitar obstáculos fijos y móviles, avisar de cruces y escalones, buscar pasos de peatones, entradas y salidas de establecimientos así como localizar escaleras o paradas de autobús, entre otras.

En la actualidad, hay 1.058 perros guía en activo que trabajan al lado de las personas ciegas, 46 de ellos están en Castilla y León. Por provincias, ocho están en Valladolid, tres en Ávila, nueve en Burgos, 14 en León, uno en Palencia, seis en Salamanca, dos en Segovia, uno en Soria y dos en Zamora.

Uno de esos perros que cada día recorre las calles de Valladolid es Wirta, una labrador, que son los ojos de Denise Quintela que hoy estaba en la inauguración de la exposición. Pese a que el animal estaba en una sala llena de gente no se inmutó y permanecía tumbada junta a su dueña. Denise, de 32 años y residente en Valladolid, es toda una experta en los perros guía puesto que Wirta es el tercer animal que la acompaña. Reconoce el cambio brutal que supone pasar de un bastón a un perro guía ya que permite que una persona ciega pueda caminar de forma independiente y segura. “El bastón permite evitar algunos obstáculos pero son habituales los choques con los que están más altos y eso no ocurre con el perro que detecta cualquier cosa”, explica.

La joven muestra su satisfacción con la perra guía con la que hay “máxima complicidad” porque precisa que el animal intuye sus deseos con un solo gesto o con la forma de coger la correa. “Nos conocemos mucho”, setencia.
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