Falta de anticipación

Cada vez que la ministra de la llamada transición energética habla, sube el pan... y el carbón se hunde un poco más. Lo hizo ayer de nuevo en Madrid, que es donde se toman las decisiones que afectan a los territorios que nunca han pisado quienes deciden, y afirmó que «las centrales térmicas de carbón tienen poco recorrido: difícilmente su funcionamiento llegará a diez años». No es precisamente nuevo el asunto de la muerte de la minería, pero se advierte un cierto ensañamiento contra un sector que fue pilar de la economía leonesa y del sistema energético español... y también fue retiro dorado para ex ministro de PP y PSOE. La ministra Ribera mostró su preocupación ante «la falta de anticipación» de las zonas donde se ubican estas centrales para buscar alternativas. «Es dramática», denunció con algo parecido a sorpresa, aunque quizá debería mirar entre las filas de su partido si de lo que se trata es de buscar a quienes durante años dilapidaron el dineral originariamente destinado a un posible desarrollo económico alternativo. El argumento de que existe «un marco comunitario que me viene dado» que obliga a los titulares de las centrales a cumplir ciertas obligaciones medioambientales o a cerrar lo hemos escuchado demasiadas veces, pero ahora le toca al Gobierno presionar a las eléctricas que se han beneficiado de esas centrales para que aporten compensaciones.