Falsos recuerdos

Bruno Marcos escribe sobre la fotografía realizada mediante inteligencia artificial que acaba de ganar uno de los premios más prestigiosos del mundo

Bruno Marcos
29/04/2023
 Actualizado a 29/04/2023
Detalle de ‘Pseudoamnesia’, imagen producida con inteligencia artificial. | BORIS ELDAGSEN
Detalle de ‘Pseudoamnesia’, imagen producida con inteligencia artificial. | BORIS ELDAGSEN
Es posible que lo más trágico que les sucede a los replicantes de la película de ciencia ficción ‘Blade Runner’ no sea que tengan los días contados, ni que desconozcan el motivo por el que han de morir, sino que, en su corta vida, estuvieron desesperadamente apegados a unas fotografías que albergaban sus falsos recuerdos. Los ingenieros genéticos de la Tyrell Corporation pensaron que dotarlos de esos recuerdos los haría emocionalmente estables y, por lo tanto, mejor controlables. Cuando Deckard ya está buscando a uno de ellos, Leon Kowalski, para eliminarlo antes de que se rebelen, este no quiere otra cosa que volver a su apartamento a por esas fotos de su pasado inexistente.

No son nuevas las imágenes falsas en la historia de la humanidad, en realidad, toda la historia del arte podría ser definida resumidamente como una colosal empresa de su fabricación para recomponer la realidad a través de los tiempos; pero es cuando los avances técnicos de la representación —la fotografía, el cine, el vídeo o la informática— han conseguido resultados portentosos cuando la duda sobre la aparente verdad que presentan se ha agigantado.

Los primeros cineastas fueron atraídos por el invento del cine precisamente por su enorme potencial falsificador. Méliès, el pionero en la realización de producciones narrativas como ‘El viaje a la luna’, se interesó en él porque en esos momentos era mago y sus primeros cortometrajes son todos trucos en los que se cortan cabezas que vuelan o desaparecen personas mediante el montaje del corta y pega.

En medio de la avalancha de noticias sobre la inteligencia artificial ha aparecido una fotografía nueva hecha con máquinas, sin fotógrafo ni modelos, sin escenario ni personajes, toda extraída del mundo virtual y compuesta por programas autosuficientes. Boris Eldagsen ganó recientemente el prestigioso galardón de los Sony World Photography Awards con una obra creada con ayuda de un algoritmo. Lo sorprendente es que esa foto resultante sea vieja y que el autor que le ha dado las indicaciones a la inteligencia artificial haya expresado que se trata de un falso recuerdo. Qué parecida es a las fotografías familiares más antiguas, las de las personas que no conocimos, las que al pasar de los años acaban por ser recuerdos de algo que no se sabe qué fue, antepasados de los que no conocemos nada. Está por hacer el análisis de esas imágenes, antifotografías, estampas que rompen el clásico anclaje del tiempo, la paralización del instante ha caducado en ellas porque la imagen ha sobrevivido a la desaparición del recuerdo.

La sensación al ver esta fotografía es de un gran vacío, el mismo de Leon Kowalsky al saber que sus fotografías eran recuerdos de hechos que nunca existieron. Nos damos cuenta con ella de lo que ya sabíamos, que los replicantes somos nosotros.
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