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Falsas apariencias (I)

09/11/2020
 Actualizado a 09/11/2020
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Antes, los padres querían que sus hijos fueran abogados; ahora, que trabajen en Mercadona. Así está España. En realidad, los (buenos) padres solo desean que sus hijos sean felices. La verdad es que yo nunca me he paseado con una toga por ningún juzgado, pero sí he merodeado por los lineales con una camisa de rayas verdes y naranjas, pero, para mí desgracia, nadie ha reclamado mi atención. Cuento esto porque la vida, o lo que sea, nos depara, a veces, papeles que no son el nuestro. Casualidades que le dan un poco de salsa al día, que dejan alguna anécdota que contar. Hace unos años, en una rueda de reconocimiento de los sospechosos de haberme asaltado, habían colocado a un policía en prácticas amigo mío para rellenar. Al juez no le hizo ninguna gracia que lo señalara como uno de los atracadores y ahí quedó la broma. A poco que hubiera prevaricado mi amigo se habría llevado un buen susto. Mejor así, porque hubiera sido una broma muy pesada.

Lo digo porque yo me he visto en esos papel de sospechoso en un par de ocasiones y son un coñazo, a pesar de que la emoción no vaya más allá de un rato perdido en una sórdida habitación de una estación o un aeropuerto. Esa es la realidad, lo que dicta la razón con la cabeza fría. Sin embargo, como en las noches, algunas veces, pese a no tener las condiciones para pasar el primer casting, uno llega a creerse protagonista y se monta terribles superproducciones en su cabeza en las que solo faltan Dicaprio y Emma Stone (no encontrarán actrices de la edad de Dicaprio con tanto predicamento, pero ese es otro tema).

La primera vez, que yo recuerde, me ocurrió yendo en tren a ver a mi amigo de Donosti. Es cierto que entonces llevaba pendientes de aro y que muchas veces me han dicho que mi genotipo encajaría en el estereotipo vasco, pero todo esto es un guión que ya me he montado yo porque lo único que ocurrió, en dos ocasiones, fue que amablemente unos agentes poco más mayores que yo me pidieron que les enseñara el DNI y que les comentara los motivos de mi viaje. Ahora que lo pienso, espero que ellos no estuvieran jugando también a hacerse pasar por lo que no eran.
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