16/06/2019
 Actualizado a 19/09/2019
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Puede que las corridas de toros sean como el fútbol, en directo rara vez no decepcionan. Y me doy cuenta de que es muy temerario por mi parte opinar así, habida cuenta de que solo he visto cuatro partidos y he asistido a una única corrida, pero hemos venido a jugar.

El chasco se lo lleva uno por lo que sucede abajo en el ruedo,no por lo que se cuece en la grada. El respetable es divertido, con carácter y humor, pedigüeño de lo que cree que merece y algo cercano a justo también, pero hablo de una corrida en Las Ventas, donde ya se sabe que el público por lo general tiene pedigrí, siempre que sea día de diario. En la arena es muy difícil que salga una faena de la hostia porque parece que es difícil dar, no ya con un matador en condiciones (que los hay) ni con un toro noble, garboso y comprometido (que parece que escasean) sino con ambos dos a la vez y con las mismas ganas. Extraigo esta conclusión de la corrida de la Beneficencia de la feria de San Isidro de este año, que ya de jugármela, quiero tener argumentos de peso que me respalden.

Sobre lo que se ve ahí abajo: no me gusta una mierda que piquen al toro ni que lo cansen los de la cuadrilla del torero. No señor. Tampoco que lo mareen una vez estocado. Hay mucho bonito y mucho que no lo es, en las faenas. De lo bonito: la rigidez protocolaria de los cambios de tercio, el sprint del maestro para la estocada final, las llamadas al toro para que reaccione y los movimientos de capote muy pegado al cuerpo.

En las fiestas de San Juan y San Pedro se celebran enLeon los días 22 y 23 una de rejones y una de toros, con algunos nombres conocidos. Yo no esperaría mucho, pero es una buena manera de entretenerse hasta que lleguen los platos fuertes de las fiestas: los conciertos de las Nancys Rubias el 25 y de Los Enemigos el 29, buenas cuadrillas las dos con matadores de lustre al frente.
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