Experiencias de vida

Echando la vista atrás, muy atrás, cuando yo nací en la década de los años 50, las mujeres en El Bierzo eran: "ganaderas, agricultoras, pastoras, amas de casa, madres, niñeras, mujeres de.." por tanto también doble jornada como ahora...

Mujeres por la igualdad
16/08/2020
 Actualizado a 16/08/2020
El silencio ante el maltrato ha sido un imprescindible para su mantenimiento a la largo de los años.
El silencio ante el maltrato ha sido un imprescindible para su mantenimiento a la largo de los años.
Las mujeres de antes sí podían trabajar como los hombres en el campo y ganadería, pero no podían poner las explotaciones a su nombre, eso solo era para el hombre de la casa.

No eran, mujeres libres e independientes, había mujeres importa
ntes en esta tierra, pero totalmente invisibilizadas y, si por algún motivo destacaban en alguna profesión, eran muy criticadas. Lo primero que se decía de ellas era: «Umm, si estuviera en su casa atendiendo a su familia en lugar de andar por ahí, vete tú a saber haciendo que….»

Recuerdo a una mujer que para mí era una mujer admirada, matrona para más señas. Recorría la ciudad en una moto y aquello era alucinante ¡Una mujer en moto!Mi madre me dijo que era la persona que le había ayudado a que yo viniera a este mundo y es curioso, a mí también me ayudo a parir a mis hijos.

Yo veía por la ciudad a muchas mujeres que iban en burro, en carro,(las lecheras) pero sólo ella iba en moto, era un referente de la «Libertad de una Mujer». Fui haciéndome mayor y las mujeres no cambiaban, limpiaban la iglesia, iban a la compra, hacían la comida, y todo lo que conllevaba ser mujer en aquellos años o sea, ser sumisas y sirvientas, cuidadoras de sus padres, maridos, curas, hijos e hijas, nietos y nietas, etc…

Apenas salían de casa, a no ser para trabajar, sus maridos sí, iban a trabajar, a jugar la partida, a tomar unos vinos con sus amigos, y cuando llegaban a su casa, «tenían todo hecho» y jamás se preguntaban cuáles eran los deseos de sus mujeres, sus aficiones, en definitiva, nunca se preguntaban qué era lo que les gustaba a sus ellas. Eso sí, los domingos «las sacaban» a misa, y de vez en cuando al cine. ¡Vaya alegrón!

Continuaba pasando el tiempo. Con 10 años empecé el Bachillerato en el Instituto. Los chicos iban a clase por las mañanas y las chicas íbamos por la tarde (privilegio para ellos). Había asignaturas muy simpáticas, aprender a coser, a cocinar, a poner la mesa… los chicosno. A los 16 años nos tocaba hacer el «Servicio Social», allí seguían enseñándonos a ser sumisas y sirvientas. Poco a poco empecé a ver que aquello no me gustaba mucho.

Con 17 años oí hablar por primera vez de las Feministas…. bufff, aquellas mujeres eran diablos con cuernos, eran unas machorras que querían hacer daño a los hombres, una vergüenza para las mujeres, eran de todo lo peor que te puedes imaginar. Entonces, ni se te ocurría pensar que te gustaría ser feminista, la verdad es que no tenías ningún tipo de información veraz sobre lo que ellas hacían realmente, con lo cual, pensabas que lo que contaban era verdad.

Con toda aquella información que te daban en los estudios, todo lo que te enseñaban en las clases, tenías muy claro cuál era tu destino, «esposa y madre» y si por algún motivo querías continuar tus estudios después del Bachiller, las opciones que te inculcaban eran, «maestra o enfermera»…Profesiones muy dignas, pero te hubiese gustado que te hablaran también de poder ser, ingeniera, jueza, médica, arquitecta... profesiones que en los libros de texto sólo eran para hombres y de los hombres.

Nunca había mujeres, por lo cual, sin referentes no te planteabas ninguna otra profesión. Esto nos parece que ha cambiado, pero no tanto. Las carreras de letras son las más elegidas por las chicas y esto no es casualidad.

A los 22 años tu destino ya estaba, casada y con vistas a tener hijos, que era tu obligación. Y por desgracia como le ocurría a las mayor parte de las mujeres, pero que, por supuesto, se silenciaba, sufrirías violencia machista, pero eso no lo sabías, hasta que ocurría. Y costaba descubrirla por lo normalizada que estaba.

¡Qué alegrón ser mujer! Sumisa, sirvienta, madre, esposa….y maltratada y callada, no fuera a ser que se enteraran tus personas más allegadas y te dijeran que algo harías mal para que tu marido te zurrara, humillara, etc, etc. También estaba bien visto, (pero silenciado para que no te echaran a ti la culpa) que tu marido fuera un putero, «los hombres tienen que desahogarse de vez en cuando con esas mujeres». Recuerdo que había un lugar que le llamaban El Bosque donde iban estos "hombres". No sé si había más, pero seguro que sí. ¡Que asco de costumbres y de normalidad!

Y el tiempo sigue pasando, y las mujeres siguen yendo a misa, a la iglesia donde sola se les deja limpiar y poner las flores, son camareras de la Virgen, ayudan al cura en la catequesis, cuidan a las personas enfermas, piden por la calle para ayudar a los negritos (que así se decía entonces)...Llevamos toda la vida dando dinero para los negritos y siguen pasando hambre y necesidades, igual la limosna no es suficiente.

Tú sigues en tu casa, sufriendo maltrato y callada, porque eso es lo normal en un matrimonio, cuidas de tus hijas e hijos, de tu marido, que es lo más importante en tu vida, por los que darías tu propia vida y poco a poco te das cuenta que les estás educando para que sean personas libres, que nunca tengan que depender de nadie, personas que crean y respeten la libertad de las y los demás, tolerantes… y te sientes muy orgullosa. Vives el día a día con esas personitas que te ayudan a olvidar el infierno que estás viviendo con esa persona que se llama «tu marido».

Después de aguantar durante muchos años el maltrato, la humillación, los gritos, …y que tus hijas e hijos ya son adultos, decides, con todo el miedo del mundo, por lo que pueda suceder, que te vas a divorciar y con ayuda de ellas y ellos, das el «gran paso».

Por supuesto, no le cuentas esta decisión a nadie, ni a tus amigas, ni vecinas, ni a nadie, solamente a tus padres. Porque la reacción de ese individuo es impredecible y claro, si sus conocidos se enteran de que su mujer le ha pedido el divorcio, eso, es una gran humillación para él y para evitar tener más problemas, te lo callas. No todo es de color de rosa al principio, al contrario, sigue increpándote, insultándote, te sigue, se acerca a tu casa, y llega un momento en que las fuerzas te salen de no sabes dónde y le envías un mensaje: «O te alejas de mí para siempre, o te denuncio en el juzgado por malos tratos y se enterarán tus amigos de la clase de persona que eres». Entonces se alejó y cada uno empezó su vida por separado y sin más problemas.

Empiezas una vida sin miedo, en libertad, vas con tus hijos de viaje, de excursión, sales con tus amigas, vas al cine, a tomar café, a comer fuera, tomas tus decisiones, empiezas una nueva vida. Lo único que sientes es no haberlo hecho antes, porque también hay algo que te das cuenta en esos momentos, que haber alargado tu convivencia con ese individuo, hizo mucho daño a tus hijas e hijos y eso te pesará siempre.

Con el paso del tiempo conoces a gente nueva y con la mejor suerte del mundo, muchas de esas personas nuevas, son Feministas y eso es lo mejor que me ha pasado. Entonces supe de verdad lo que era el feminismo y cuál era su lucha, «la Igualdad entre mujeres y hombres».

Esas mujeres maravillosas, me enseñaron a estar unidas, a no criticar jamás la actitud de otras mujeres, a no juzgar a nadie por su apariencia, a no ser racista, a ser tolerante con las personas, y a ayudar a las mujeres que por su situación de vulnerabilidad ante la violencia machista, estén sufriendo maltrato y que jamás las juzguemos, su situación es muy dura y a veces no reaccionan como a nosotras nos gustaría (yo lo viví y sé que es muy difícil salir de la situación en la que vives, aunque desde fuera parezca que es fácil).

A través de ellas he conocido a muchísimas mujeres que han sido muy importantes, escritoras, científicas, médicas, muchas de ellas Premios Nobel. He leído muchos libros escritos por mujeres feministas en los que te enseñan cómo es el mundo feminista, cuándo pudimos votar por primera, cuando empezamos a trabajar fuera de casa por un salario, cuándo se nos permitió conducir una bicicleta, un coche, usar pantalones, ir a la universidad….cosas que hoy parecen surrealistas, pero que eran vetadas a las mujeres. Y todo ello, gracias a las Feministas.Hoy en día, en nuestro querido Bierzo hay muchas mujeres impresionantes. Estudiantes con unas carreras brillantes, científicas, médicas, agricultoras, ganaderas, mecánicas, fontaneras,enamoradas de su profesión. A todas ellas les deseo lo mejor del mundo, espero que puedan seguir con la libertad que se merecen para seguir desarrollando sus trabajos, aficiones, etc.. y que recuerden que por el hecho de ser mujer no están vetadas para nada.

Cualquier cosa que se propongan, serán capaces de hacerla. También les digo que aprendan a decir «no», que nunca le permitan a nadie que les haga daño, ni que las maltraten, ni física ni mentalmente. Y a todas las mujeres, de la edad que sea: «El maltrato y la violencia machista hace que vivas una vida muy dura, triste. Las lágrimas que corran por tus mejillas deben ser de alegría, nunca por el dolor que te cause una persona».
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