Secundino Llorente

Exámenes de septiembre 2020

03/09/2020
 Actualizado a 03/09/2020
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Hasta el año 2010 ni siquiera nos planteábamos cambiar los exámenes de septiembre para el final de junio o principio de julio. Es verdad que muchas veces los profesores, a la vista del absentismo, nula preparación y escaso número de aprobados, solíamos desear y abogar por la supresión de estas pruebas, pero nunca pensábamos en el cambio de fechas. Con la llegada del Plan Bolonia firmado por 29 países europeos con el fin de establecer en 2010 un Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) que entre otras cosas fija el principio de curso en la universidad para Europa el primer día de septiembre, todo ha cambiado para que los alumnos universitarios estén matriculados y preparados para empezar su escolarización en esa fecha. Consecuentemente las Comunidades Autónomas comienzan a trasladar la convocatoria extraordinaria de los exámenes de recuperación de la selectividad de septiembre a los primeros días de Julio. En el 2019 ya sólo Andalucía, Aragón, Cataluña y Murcia realizaron estos exámenes en septiembre.

Por otra parte, el cambio de fechas en la convocatoria extraordinaria de los exámenes de selectividad y segundo de bachillerato ha contagiado a la convocatoria extraordinaria de septiembre del resto de alumnos del instituto, es decir, poco a poco van desapareciendo los exámenes de septiembre en los colegios e institutos.

¿Es buena idea adelantar dos meses estas pruebas para superar asignaturas suspensas? ¿Es beneficioso o perjudicial el adelanto a junio de los exámenes de septiembre?

Tenemos opiniones para todos los gustos. Razones en pro o en contra todas ellas bien fundamentadas. A veces las respuestas son egoístas dependiendo de que vengan de los alumnos, de los padres o de los profesores.

Razones a favor de adelantar a junio los exámenes de septiembre: El calendario universitario provocado por el Plan Bolonia, como antes he dicho, así lo exige. Para lograr una buena conciliación familiar y mejor organización del descanso de verano es preferible que los alumnos no estén pendientes de los exámenes de septiembre. El carácter de evaluación continua de la Educación Secundaria Obligatoria se contradice con la convocatoria de los exámenes de septiembre. Por otra parte, los alumnos tendrán más frescas las ideas en los últimos días de curso que después del verano. La convocatoria de septiembre beneficia a las academias privadas y no todas las familias disponen de recursos económicos para para pagar en los meses de verano estas clases particulares. Los equipos directivos de colegios e institutos se quejan del caos organizativo en el inicio del curso porque al celebrar los exámenes los primeros días de septiembre y comenzar el curso a continuación, los grupos no están bien definidos y pueden cambiar las previsiones de aulas y cupos de profesores. Para los profesores «los resultados de septiembre no justifican el caos del principio de curso al mantener la convocatoria» porque son muy pocos los que recuperan las materias pendientes. El contrato de muchos profesores interinos termina en junio por lo que en la convocatoria extraordinaria de septiembre los profesores no conocen a los alumnos que evalúan. Y por último, el porcentaje de alumnado que se presenta a la prueba extraordinaria en junio es muy superior al que se presenta en septiembre.

Razones a favor de mantener los exámenes de septiembre: Es ingenuo, ridículo e iluso pensar que un alumno que el 15 de junio no ha conseguido un rendimiento satisfactorio de una materia y dos semanas después lo consigue. Da muy mala impresión aprobar a un alumno una asignatura de un curso que acabas de suspender. Parece lógico que si se cambia la convocatoria de septiembre a junio que se establezca una normativa clara para no caer en la chapuza actual: un refuerzo individualizado de al menos dos semanas para lo que se necesitan espacios y, sobre todo, refuerzo de plantillas que atiendan a los suspensos sin dejar abandonados al resto de alumnos que pierden o adelantan casi un mes sus vacaciones de verano.

Después de este breve análisis de las razones en pro y en contra tengo la impresión de que los exámenes de recuperación de septiembre tienen los días contados porque el aire sopla a favor del traslado de esta convocatoria extraordinaria a mes de junio, pero, por favor, que se cumplan dos condiciones: ‘normativa clara’ que regule las recuperaciones y los exámenes en junio y ‘acuerdo de estado’ para que se haga lo mismo en todas las autonomías.

Este año 2020, en plena pandemia, todo está descolocado. En época de coronavirus nos hemos visto obligados a hacer un paréntesis y hemos vuelto a las pruebas de septiembre. En Castilla y León no hubo más remedio que realizar los exámenes de selectividad en julio y consecuentemente trasladar la repesca a septiembre, concretamente los días 10, 11 y 12 de septiembre. Esto arrastra a todos los exámenes extraordinarios de colegios e institutos a los primeros días de septiembre también. Serán presenciales, pero opino que esto no supondrá ningún problema porque después del coladero de junio será mínimo el número de los que se presenten. Las pruebas extraordinarias de septiembre serán especiales como está siendo especial todo en este año bisiesto y siniestro. ¡Dios mío, que pase pronto esta pesadilla y que vuelva la rutina ‘normal’ a los centros educativos!

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