Ética, estética, épica y dolor

12/03/2019
 Actualizado a 10/09/2019
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En estos días que no se bajan del ring de boxeo los debates sobre la ética y la estética también resurge en León el boxeo, apagado desde aquellos años en los que la ciudad giraba en torno a las hazañas de Roberto Castañón y las aventuras de sus compañeros, cuyos nombres conocimos porque eran sus compañeros de viaje: Josines, Puñales, Yoni...

Y en medio la anécdota de que Miryam, la aparentemente frágil cantante deThe Bright se calzaba los guantes... y el accidente de Saúl Tejada...

Y regresa el debate, la épica o la vida.

Hay quien dice que, desde la libertad de los boxeadores, merece la pena que exista el boxeo para que Arroyo pinte a Panamá Al Brown, con una biografía que a su vez es una de las mejores novelas jamás escritas, con la diferencia de que en las novelas las muertes no son de verdad, pero sí era verdad que Panamá viajaba del hospicio al hospital, hablaba mal y no se le entendía, tenía paralizado medio cuerpo y un día lo encontró un policía, lo llevó al hospital creyendo que estaba borracho pero realmente estaba en coma.

¿Sería lo mismo el cine negro sin el boxeo? ¿Sería lo mismo la historia del franquismo sin Urtain, la del engaño sin Legrá o el anecdotario español sin el entrañable Perico Fernández, que acabó exponiendo cuadros en Pinilla?

¿Me preguntáis la solución? Si no tiene cordones, mocasín.
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