Estudios con valor

La Escuela de Ingenierías de la Universidad de León es la que cuenta con más alumnos del Campus de Vegazana. La empleabilidad es del cien por cien, incluso en España. En un plazo razonable los egresados encuentran trabajo, aunque otra cuestión son los salarios, como reconoce el director de la escuela, Eduardo Barreiro, consciente de los problemas de los titulados. Aunque esta cuestión no de su competencia demuestra que tiene un visión amplia que va más allá de las aulas.

La situación es similar en las Ciencias de la Salud, donde la heroicidad no llega a la nómina y los gestores insisten en que no hay mano de obra, que insolidaria y egoistamente se van donde se siente más valorados, lo que incluye mejor pagados. En el resto de titulaciones la empleabiliad es mucho menor, aunque las condiciones laborales sean parecidas. No hablemos ya del relevo generacional en el campo, que queda supeditado exclusivamente a a grandes herencias y a un coraje todavía mayor. Todo esto influye en que la Formación Profesional adelante a la Universidad en número de alumnos. Precisamente, muchos de estos estudiantes de FP darán el salto a los estudios superiores cuando hayan bregado en el mercado laboral y tengan, quizás, una posibidad de impulsar su trayectoria profesional sin empezar de cero. Me he dejdado las Humanidades y otros saberes, despretigiados por no tener supuestamente aplicación práctica, pero cómo dijo Luis García Montero en Página Dos, «el día en que se muere alguien que te importa o te deja tu novia o tienes una bronca con un amigo ¿de qué te sirve una lavadora?».

Y sin embargo, al bachiller con las mejores notas de España, Gabriel Plaza, le ha caído una tormenta por querer estudiar a Cicerón, a Hesiodo, a Aristófanes, a Juvenal…¡Bravo por Gabriel Plaza, que tiene valor y sus propios valores!