En las altas montañas leonesas no olvida su procedencia y en ese resurgir de la naturaleza que es su obra incluye obras de inspiración marina, un fondo marino, la dama del mar, Papúa Guinea, y en ellas utiliza diversos elementos: puntillas, papel maché, conchas, caparazones de navajas y otros animales marinos para crear esas obras, además de la base y las telas. Se trata de un modo de ver el mar como el recuerdo de la tierra donde nació y en la que se crió y que también añora desde las altas montañas leonesas.
Sus obras son en esencia arte textil y en ellas presenta la naturaleza en muchas de sus facetas: pueden verse asteroides, la Tierra, las costumbres de diferentes lugares, y países, retratos y, sobre todo, los elementos: el fuego, el aire, el agua, la tierra, los metales y además añade uno dedicado a la nieve. Son piezas llenas de luz, vitalidad y color que muestran su modo de ver esos elementos de la naturaleza.
Al contemplar la pieza en tres dimensiones que expone comenta: «se trata del abrazo de los opuestos o el diálogo entre el ying y el yang, hay agua, metal en el interior, la noche y el día; la parte femenina por los senos y una parte fálica; el fuego con el agua, por eso lo titulo ‘El diálogo de los opuestos’. Son elementos opuestos o contrarios».Tiene varias piezas en un formato mayor que representan diferentes estados naturales. Así una obra que cuelga del techo tiene dos caras, por un lado el día, luminoso y colorido y por otro la noche en tonos oscuros, siniestros, tétricos; rememorando momentos que ha vivido en ese lugar que el día era día y la noche, noche sin paliativos.En otro la tierra, como ella explica: «este cuadro representa la Tierra, la explosión de la tierra que asciende poco a poco y va subiendo hacia el cielo».Tiene también cortinas que representan la vida a ambos lados con un colorido que se observa al trasluz, el modo de ver la realidad desde el interior al exterior.
‘Estepitaco’ es el nombre que ha dado a la exposición: es: de escultura, pues en sus obras esculpe con las telas; te: de tejido, la mayor parte es textil; pi: pintura, en los cuadros hay pinceladas de color; ta: tapiz que se ve en la mayoría de sus obras; co: collage, ya que son mezcla de diferentes elementos, no solamente textiles sino de diferentes tipos. Todo ello unido da la palabra que es el título de su exposición, un tapiz colorista de la naturaleza, donde además de lo que cada obra expone muestra una capacidad extraordinaria por parte de la artista para sincronizar objetos muy diferentes, desde los expoesqueletos de crustáceos en sus cuadros marinos hasta el uso de botones, de abalorios y de aditamentos como puede ser el caso del abanico.La obra se ilumina sola y para ello en la inauguración, la artista creó un ambiente de penumbra y fue iluminando cada una de sus obras explicando el sentido que para ella tenían.
Virginia del Arco ha vivido durante diez largos años en las montañas que separan la maragatería del Bierzo, aislada en un entorno natural que ha potenciado su creatividad en duras condiciones de espacio y distancia, pero no se ha aislado del mundo cultural, participando de las actividades de grupos maragatos como las artistas de ‘Pintando por los pueblos’, quienes han realizado varias exposiciones en Astorga y en 2019 en León en el Centro Cívico del Crucero, que se reflejó en estas mismas páginas: https://www.lanuevacronica.com/dibujando-por-los-pueblos-se-hace-visible-en-la-capital.
Una exposición diferente con obras luminosas que reflejan un modo diferente de ver la naturaleza creadas por una artista que ha estado inmersa en ella. No se la pierdan.