Gordo es un apasionado de la literatura alemana. El estudio del idioma le ha ido acompañando durante muchos años de su vida. «Estuve viviendo en Alemania y allí empecé a traducir por diversión, pero poco a poco se convirtió en mi profesión», relata. Su pasión por el idioma y la creación literaria de los siglos XIX y XX le llevaron a convertirse en traductor de los clásicos de esta lengua germánica. Aunque ha trabajado en secciones de cultura como periodista y como corrector en alguna casa editorial, la traducción es sin duda lo que más le interesa.
Entre las obras traducidas por el leonés, destacan títulos de Ludwig Winder, Eugen Ruge o Arthur Schnitzler. De este último, la versión de Gordo de su libro ‘El otro’ le llevó a alzarse con el Premio Complutense de Traducción Universitaria Valentín García Yebra en 2019. Aunque ha traducido publicaciones contemporáneas, su entusiasmo por el movimiento expresionista de principios del siglo pasado es lo que remueve las tripas del traductor.
Gordo ha tenido la suerte de involucrarse profesionalmente con la obra de algunos de sus escritores favoritos, como Joseph Roth. «Me gusta mucho la literatura de autores más periféricos; la literatura alemana es también la que se hace en Austria o en Suiza», aclara. De hecho, Roth fue un escritor judío que no era propiamente alemán, pero sí tenía el idioma como lengua materna.
El de Sahagún no distingue entre sus planes publicar algo original «más allá de un ensayo o un prólogo» que tenga que ver con su faceta como traductor. Sin embargo, encuentra similitudes entre el ejercicio de la escritura y el de la traducción: «Las dos son escrituras, tanto el escritor como el traductor escriben». Para Gordo, la tarea del traductor es similar a la de un intérprete de música: «La partitura siempre es la misma, el texto siempre es el mismo y cada traductor lo interpreta a su manera».
El trabajo del traductor consiste en recuperar los viejos clásicos y traerlos al mundo contemporáneo. Igual que un músico lleva el Réquiem de Mozart a auditorios y otros escenarios, la tarea de Gordo es ocupar las estanterías de las librerías modernas con títulos de autores del siglo pasado. «La traducción está viva y la obra original es la que es; cuando haya traducción, conviene revisarla y hacerla más contemporánea», opina.
En el mundo actual, existen multitud de diccionarios a los que cualquiera puede acceder a través de Internet y numerosas son las personas cuyo amplio conocimiento en idiomas les permite identificar errores gramaticales en las traducciones. Para el leonés, esto supone una evolución en el ejercicio de traducir una obra: «Lo que requiere es quizás traducir más pegado al texto original y no forzar tanto la sintaxis española; antes prácticamente se parafraseaba a los autores».


Al leonés le resulta prácticamente imposible escoger uno de los relatos del escritor como su favorito. Gordo tiene que recurrir al índice para recordar los 43 títulos recogidos en el libro. Hace mención del famoso relato ‘Mendel, el de los libros’ y de otros menos conocidos, como ‘La institutriz’ o ‘Una boda en Lyon’. De ‘Primavera en el Prater’ dice que muestra «al Zweig más irónico». El abanico de gustos es tan amplio como cuentos y novelas cortas hay en la publicación.
Son muchas las razones por las que esta edición no tiene igual. Con el comienzo de 2023, varias serán las obras traducidas de Zweig disponibles al público en distintas librerías. Y es que los derechos del autor han sido liberados con la entrada de este año; el propio Alberto Gordo ha elaborado traducciones del escritor de la mano de otras editoriales. «Van a salir bastante cosas, pero creo que este libro se diferencia bastante del resto por su ambición», asegura el traductor.
El de Sahagún habla con cariño de este trabajo, que le resulta una oportunidad para reconocer la tarea de los profesionales de la traducción. «Muchas veces, los traductores trabajamos en la sombra y está bien que sea así porque no somos los autores, somos autores de obra derivada, pero tener visibilidad y que se reconozca tu trabajo es gratificante», confiesa entusiasmado.
Los Cuentos Completos de Stefan Zweig serán además el objeto de un encuentro en la librería madrileña Tipos Infames, que tendrá lugar el próximo 31 de enero. En ella, Juan Casamayor y Alberto Gordo tendrán la posibilidad de escuchar las opiniones de los asistentes y compartir con ellos las suyas propias. La adquisición de un ejemplar da al lector el derecho a acudir con un acompañante a este taller sobre la narrativa breve de Zweig.
La publicación es el resultado de la primera colaboración entre el traductor leonés y Páginas de Espuma. Un año de trabajo y alrededor de 1300 páginas son los ingredientes de este libro, que ha supuesto un trabajo inmensurable a sus responsables y que, por algo más de 40€, permitirá acercarse al lector, no sólo a los relatos de Zweig, también a su vida, sus crisis psicológicas y a una perspectiva en formato ficción de la realidad europea del siglo XX.