¿Está Arabia Saudí perdiendo peso entre los productores de crudo?

L.N.C.
22/07/2021
 Actualizado a 22/07/2021
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La hegemonía que desde hace décadas Riad venía manteniendo sobre los países del Golfo Pérsico y por extensión sobre los países de la OPEP -algún socio del club de los países productores se encuentra fuera de la región árabe- parece que está perdiendo pujanza. Si bien hasta ahora la monarquía saudita venía manteniendo una guerra de precios con la Rusia de Vladimir Putin -país que no forma parte de la OPEP- ahora son los Emiratos Árabes quienes ponen palos en las ruedas al control de Riad y Moscú quien apoya las tesis sauditas.

Y a mayores, a pesar de que la influencia e incluso el poder militar del país gobernado por la Casa Saud no ha dejado de crecer en los últimos años, lo cierto es que otros actores regionales se están desvinculando con bastante éxito de la línea marcada por Arabia Saudí, como es el caso de Qatar, un enano en términos de población y extensión territorial que ha conseguido crear con bastante éxito una agenda propia para la región.

David contra multitud de Goliats


Cuando Qatar fue acusada en el 2017 por Arabia Saudí y sus aliados de promover el terrorismo y de desestabilizar a otros países musulmanes mediante, entre otros métodos, Al Jazeera -canal que se ha convertido en un medio de comunicación de masas muy popular entre poblaciones musulmanas por el moderno estilo “BBC” de sus programas y comunicadores- y por consiguiente cortaron todo tipo de relaciones con la diminuta monarquía catarí, nadie apostaba por que Qatar soportase más que unos pocos meses, al fin y al cabo tan sólo los flujos comerciales con sus vecinos árabes ya suponían un porcentaje muy importante de su PIB, además de que en materia alimentaria el país es deficitario y necesita importar muchos alimentos de sus vecinos y del resto del mundo.

Pero contrariamente a lo que pronosticaban la mayoría de los analistas, el gobierno catarí logró encontrar nuevos aliados como Turquía y afianzar la relación con los antiguos, como Irán, países ambos que además son rivales de Arabia Saudí por la hegemonía regional y que han proporcionado a la pequeña monarquía del Golfo Pérsico el músculo militar, la influencia política y los insumos básicos necesarios mientras los cataríes ponían a cambio sus descomunales recursos financieros. Hace pocos meses Arabia Saudí y sus aliados levantaron sus restricciones sin haber logrado prácticamente nada y con una Qatar más fuerte y con nuevos aliados, aliados que como ya se ha visto tienen proyectos para la región diametralmente opuestos al de Arabia Saudí.

Los Emiratos y Arabia Saudí chocan en la OPEP


Después del varapalo del fallido embargo a Qatar, incluso entre los que eran los más firmes partidarios del gobierno de la Casa Saud están apareciendo grietas, la última de las cuales la ha ensanchado uno de sus hasta la fecha más estrechos aliados, los Emiratos Árabes Unidos, todo ello en un momento en el que tanto el petróleo brent como el petróleo WTI parecen haber dejado ya muy atrás su hora más baja y los países que necesitan de los petrodólares se las prometían muy felices -aunque ello no significa que, como es lógico, invertir en instrumentos basados en petróleo no siga teniendo sus riesgos, ya sea por el apalancamiento en el trading online o simplemente por la volatilidad en cualquier otro medio de inversión-.

De momento las autoridades emiratíes no quieren comprometerse con la propuesta saudita más que durante un corto espacio de tiempo, intención que choca de lleno con la intención del príncipe Abdulaziz, que quiere que el acuerdo se extienda a lo largo de casi un año y medio, concretamente hasta finales del 2022.

De no alcanzarse un acuerdo y sobre todo de enconarse la posición de ambos países, algunos expertos especulan con un escenario en el que la OPEP termine por fracturarse, llevando de nuevo el mercado del crudo a un escenario parecido al del derrumbe de precios del año pasado, en una guerra entre unos países que, bajo la férrea dirección de Arabia Saudí, estaban acostumbrados a hacer y deshacer en todo lo que tenía que ver con el precio de una de las materias primas más importantes del mundo.
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