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Esquizofrenia climática

15/12/2019
 Actualizado a 15/12/2019
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Reduce, reutiliza, recicla. Ese es el orden del proceder más ecológico que obviaron los esquizofrénicos organizadores de la COP25 de Madrid, conferencia de no menos de 12 días. Supongo que lo hicieron para darle margen a Time de nombrar a Greta Thunberg persona del año. Consideración que se le ha concedido a la activista no por haber conseguido un cambio a mejor en el proceder de los líderes políticos, sino por conseguir que sea el tema no ya del mes, sino (¡sorpresa!) del año. Hasta Coca Cola se ha sumado (de boquilla) al activismo climático: «No compres Coca Cola si no vamos a reciclar juntos» se puede leer en las marquesinas. En San Andrés tenemos la conciencia tranquila porque reciclamos desde hace lustros, cuando el Ayuntamiento repartió entre los vecinos aquel cubazo de basura con tres depósitos que no había dios al que le entrase bajo el fregadero. Pues reciclamos a pesar de él, y de Coca Cola.

Aunque la clave con la cuestión con los residuos pienso que está en que las grandes multinacionales de la química industrial como 3M, Dupont o Basf den con un nuevo material biodegradable para el packaging que sustituya definitivamente al plástico. Porque de momento ir al supermercado es llorar: cachos de calabacín pelado envueltos al vacío en plástico, lechugas bajo tres capas de arrugado plasticazo, galletas estuchadas individualmente en lustroso plastiquete y así hasta la isla esa flotante de plástico que es el verdadero monstruo de los mares.

Greta Thunberg no ha sido la única activista potente del año en cuestiones climáticas: en septiembre se pudo ver en Ponferrada a un joven con una soga al cuello y en los pies un morrillo que simulaba ser un bloque de hielo, simbolizando que cuando el hielo se derritiese moriría ahorcado. La gente, no sé si falta de sentido del humor o desconfiada por naturaleza, llamó a la policía espantada. Qué no harán cuando se dé la secuencia anunciada por los expertos: aumento de la temperatura, con ello del nivel de los mares y desaparición de grandes poblaciones costeras que obligará a la migración de cientos de millones de personas.
Para contener la temperatura es fundamental también conservar los grandes recolectores de carbono tipo Amazonas (o Amazonía para los repipis). Eso y transicionar hacia un transporte menos contaminante. Pero aquí aparecen ciertas sombras de realismo científico: mis fuentes, o sea, mi primina ingeniera en el sector eólico (yo catedráticos todavía no tengo) dice que no hay aún recursos sostenibles suficientes para alimentar tanto coche eléctrico como se evangeliza que debe haber. Y así llegamos al último aspecto relevante contra el cambio climático que es el consumo desbocado de agua, donde reconozco mi esquizofrenia. Qué fácil es criticar a los regantes que dejan secos cauces de ríos enteros o a los promotores de campos de golf mientras nos damos cinco minutos más de ducha y otro enjabonado al pelo. Difícil predicar con el haz lo que yo diga y no lo que yo haga.
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