Poca gente explicaba tan bien la naturaleza y lo que él llamaba la filosofía de la naturaleza como el añorado Santi Rodríguez Magallón, que unía a su conocimiento del tema esa socarronería de irónico con barba que siempre fue y excelente conversador.
Recuerdo una actividad conjunta en el histórico colegio rural de Gradefes, hablando de lo propio y lo ajeno, lo nuestro y lo importado, lo autóctono y lo impostado.Había sido noticia que aparecieron unasgaviotas en el Bernesga, aún no era la gaviota el símbolo del PP y ni siquiera debía existir el partido, y Santi pidió opiniones, las rebatía todas con su habitual habilidad para el debate y ya un chaval, cansado, le dijo: «Usted que todo lo sabe, ¿cómo lo explica?».
- No hace falta fijarse en el caso concreto de las gaviotas, lo que os voy a decir vale para la vida en general o para la naturaleza, que tiene su curso natural y el resto son especies invasoras.
Por aquellas fechas también había una agria polémica en el pueblo sobre si en la escuela, pública, deberían retirar los crucifijos, como parece ser que había solicitado un vecino. «Es muy fácil. Sólo hay que determinar cuál es la especie invasora, ¿la enciclopedia o el crucifijo? Una vez sabido cuál es la invasora en una escuela se procede, igual que las gaviotas deben volver al mar...».
Se cerró en falso el debate, los chavales no lo acababan de ver claro y marchamos a dar una vuelta por el pueblo. Detuvo al grupo sobre el centenario puente y les preguntó: «¿Véis alguna especie invasora?».
- Ninguna, ni gaviotas ni nada, todo naturaleza, un río limpio que sigue su curso natural.
- ¿Y las antenas? ¿Quién las riega para que hayan crecido tanto? Ahí están las especies invasoras.
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