Especies

14/12/2017
 Actualizado a 16/09/2019
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Presumimos de modernos e incluso de civilizados, se supone que los dos términos van de la mano, o al menos así debería ser, bajo la opinión de muchos y aún así, no lo somos tanto. Sí, hemos cambiado el papel pintado por el gotelé, y éste último ya no lo quiere nadie. Por que ser moderno parece ser que es esto, cambiar una cosas por otras aparentemente para alcanzar un soñado estatus, y en muchos casos nunca llega por mucho que sustituyamos. Somos lo que somos, y ya lo cantaba Rafael, ¡es un escándalo! El otro día me horrorizaba y escandalizaba a partes iguales con las imágenes de un oso polar agonizando por falta de comida alguna que llevarse a la boca. Su hábitat natural, totalmente destrozado por culpa de nuestra modernidad, ésta que le ha robado a cientos de especies parte o la totalidad de su entorno y el resultado es algo tangible, por mucho que algunos políticos quieran decir que el cambio climático no existe. Al mismo tiempo, es increíble la proliferación de nuevas especies o géneros a las cuales les dejamos paso, alimentamos y procuramos no deteriorar su hábitat, me refiero al ‘genus moron’, ‘genus mendax’, ‘genus furem’, ‘lackluster genus’ y otros tantos ‘genus’, del latín género, que no tendrían cabida en esta columna por la cantidad de ellos que existen. Especies a las que la generosidad les queda grande y con un alto grado de falta de empatía. Sigamos entonces viendo como el oso polar sigue agonizando, o la merma de población de tortugas, o el varamiento de ballenas en las costas. Cosas de ecologistas replican algunos mientras salen a la farmacia más cercana a por una mascarilla para poder pasear por las grandes ciudades, eso sí, homologada por el gobierno, no vaya a ser que pequemos de insensatos y se nos acuse de no contribuir a las arcas con la excusa de protegernos de una situación que los gobiernos no acaban de atajar. Pero en todo esto, al final la culpa la tendrá el ciudadano medio por no comprarse un coche eléctrico o no poder coger un taxi volador autónomo como en Dubai, que funciona con energía eléctrica. Ahora entendemos el nuevo concepto de pagar tributos a las nuevas energías, el sol y el agua es de todos, salvo para unos pocos que le quieren sacar rendimiento. Todo esto si es moderno y tan solo lo pagamos con eliminar unas cuantas especies animales, con la despoblación arbórea y de paso, millones de casos de cáncer derivados de nuestra incontrolada modernidad. Como Drácula Ye-Yé, soy moderno, soy eterno y lo estoy pasando bien.
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