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España, enemigo a batir

08/10/2019
 Actualizado a 08/10/2019
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Si observamos los acontecimientos presentes y pasados, nuestro devenir histórico está plagado de un continuo deterioro del sentido común y del respeto a los valores patrios de la nación española.

La estupidez de muchos intelectuales españoles les ha llevado a considerar el país en que viven como una especie de crisol en el que se mezclan los sentimientos hispanófobos que han sido alimentados desde el exterior con un único objetivo: España no debe ser considerada nación de prestigio.

Existen muchos hechos que demuestran este aserto y buena prueba de ello ha sido la legión de insustanciales colaboradores internos y de hispanistas que han hecho el agosto ante el silencio cómplice de los que deberían haber defendido la nación con fuerza y ganas y de sus dirigentes que han preferido siempre envolverse en el manto del silencio, el oprobio y la traición a los intereses nacionales.

Aclaramos que no queremos defender el nacionalismo al estilo catalán y vasco y sí insistir en que un pueblo debe conocer en profundidad su historia, con luces y sombras, y que no se la muestren foráneos que incluso se instalan aquí y se permiten el lujo de la descalificación, el insulto y la ambigüedad.

Los franceses, ingleses, norteamericanos, por mencionar sólo algunos, pueden manifestarse sobre sus símbolos nacionales con desparpajo y devoción. Los españoles, algunos, se esconden para manifestar el amor a su himno y su bandera. No digamos si la comparación la llevamos hacia los independentistas. Ellos adoran sus banderas e himnos pero cuando se trata de los símbolos ajenos se permiten quemar, destrozar y manifestar su profundo odio sin que sufran las consecuencias de su mala educación y respeto.

Todo este desajuste nace del complejo adquirido durante años de soportar la indigencia en que se sumergen las generaciones de españoles que no adquieren los mínimos conocimientos históricos generales y de su propio país, llegando a ingresar en esa cofradía de ignorantes manipulados por los integrantes de ese conjunto franco, anglo-yanqui, que no permitirá nunca que España y sus ramificaciones hispánicas eleven su prestigio por encima de ellos y les superen, con la colaboración de ciertos medios de comunicación que experimentan un placer especial por incrementar sus índices de audiencia.

A lo largo de nuestra Historia hemos tenido oportunidades inmejorables para mantenernos en esa punta de honor merced al trabajo de nuestros intelectuales, militares, científicos y ciudadanos que contribuyeron siempre al prestigio español.

Señalaremos próximamente los momentos cruciales en que España ha sido ninguneada por aquellos que deseaban su propio beneficio como naciones y los colaboradores internos que hicieron posible la creencia de que los españoles no tenemos remedio y somos un pueblo que no puede sostener una línea de prosperidad y evolución constantes.

El prestigio se gana por los ciudadanos y por sus dirigentes y es obvio que la mayoría de nosotros no hemos sabido estar a la altura para que mentiras enormes que se han urdido sobre nuestro país se desmontaran y no tuvieran efectos perniciosos.

Sólo tenemos que ver el lamentable espectáculo fraguado alrededor de la negociación sobre el Brexit que ha generado una actitud meliflua y ambigua de la organización europea que desea practicarse el harakiri y la debilidad del gobierno español corroborando lo que venimos afirmando.

Invitamos a todo español que se precie de tal que investigue en las páginas de la Historia de este magnífico país, dejando a un lado las ideologías y leyendo las páginas de los acontecimientos pasados, con el fin de echar por tierra la terrible ‘leyenda negra’ surgida en el siglo XVI y que todavía colea a causa de la ingenuidad e ignorancia del colectivo manipulado.

No nos olvidemos que la Historia y la Geografía casi no existen en la enseñanza actual de nuestras jóvenes generaciones, tan maltratada por las políticas interesadas de los gobiernos de turno.

Si no tomamos conciencia de que España es una nación importante en el concierto internacional por su historia, su cultura y aportación humana seguiremos la senda de nuestra condición de comparsas ante la coalición de los intereses económicos perversos de nuestros vecinos.
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