España capital, Caracas

Ya queda poco para poder pasar todo León a la fase 1 de la desescalada e intentar salvar los «muebles» que podamos de la quema económica y social. A ver qué queda de España tras los próximos meses.

Como ya en uno de mis artículos de marzo fui visionario y avisé que la gente se preparase para el encierro hasta mi cumpleaños, el 28 de mayo y parece que ha sido así, me he venido arriba y voy a jugar un poco a intentar ser adivino. Escrito queda.

Les decía la semana pasada que tanta incompetencia por parte del Gobierno no podía ser casual y aunque fuese por fortuna, en alguna medida deberían haber acertado, salvo que exista un plan para la destrucción de España tal como la conocemos. Cada vez estoy más convencido que ese plan existe y que pretende convertirnos en la Venezuela de Europa, pero sin petróleo.

Agárrense que vienen curvas. Por mucho que diga el Gobierno, con la deriva de descontrol que lleva, no les quedará más remedio que pedir el rescate a Europa de una u otra forma, con todo lo que va a conllevar. Predigo que las pensiones y los sueldos de los funcionarios bajarán sobre el 14,28%. Fíjense lo que afino, no puedo mojarme más en mis predicciones. En España es relativamente fácil una rebaja de ese nivel. Basta con quitar las extras y listo. El resultado es que la gente sigue percibiendo mes a mes lo mismo (salvo que tengan las extras prorrateadas) y el Gobierno logra ahorrarse una buena cantidad de dinero.

El IVA general pasará al 23%, miren a nuestros vecinos portugueses. Se impondrá el copago sanitario, se aplicarán peajes en autovías, se subirá el IRPF y así otras muchas perlas que nos irán empobreciendo de manera acelerada. Ciertos partidos, con Podemos a la cabeza, tomarán esas medidas de austeridad como bandera para que cale en la sociedad que Europa nos exprime y que abusa de nosotros y en lugar de intentar adelgazar la administración, extenderán el ingreso mínimo vital de 500€ para que llegue al mayor número de personas y garantizarse una buena pila de votos.

Ese nivel de endeudamiento y ese ataque vía impuestos a los generadores de riqueza, harán que España cada vez sea más asistencial y menos productiva, ya que no será «rentable» trabajar. El país se irá empobreciendo más y más y desde el Gobierno neocomunista, en lugar de hacer autocrítica, endurecerán el discurso contra Europa y se inventarán un eslogan como ‘Europa nos roba’ hasta que logren que España salga de Europa o simplemente nos echen.

Ese será el momento en el que, los últimos que puedan permitírselo y tengan valor para ello, se irán de España para evitar las consecuencias de unas políticas liberticidas y bolivarianas que ya hemos visto en qué derivan en países como Cuba o Venezuela.

Justo en ese momento comenzará una de las etapas más oscuras de España. Créanme que deseo equivocarme con todas mis fuerzas, las mismas fuerzas que emplearé para que, con mi grano de arena, eso no se produzca.