Esencias mestizas

A rañala, raparigo, decía Terminator casi sin despegar los labios, presionados por esa mandíbula dura de tío duro. Terminator apretaba el gatillo y el malo se rompía en miles de pedazos. Escena clímax en Terminator II con escenario industrial, humo azul y chispas como si estuvieran soldando en el infierno.

Es uno de los doblajes más gloriosos de la Televisión de Galicia, la TVG (dígase te-uve-ga), y anécdota recurrente en mi grupo de amigos gallegos. La recordaba esta semana la periodista ponferradina Raquel Peláez en su columna de El País, titulada ‘Toni Cantuvo’. Ironizaba Peláez con la creación de la ‘Oficina del español’, bar de verano aunque no sea a pie de playa, y escribía que «hay una cantidad de gente nada desdeñable en la capital que no se cree que en algunas televisiones autonómicas se hablan las lenguas vernáculas sin afán revanchista».

Hace ya unos cuantos años, cuando la televisión cambió a digital, un alcalde del Bierzo me dijo con retranca que en el ayuntamiento estaban descubriendo que muchos vecinos del pueblo estaban vivos por las colas que había para protestar porque no se veía ‘la Galega’. Aunque no lo crean mis amigos, hay quien no pasa sin ver Luar, una especie de Noche de fiesta ‘á feira’, aunque ahora no sea el mejor momento para esta comparación.

En ‘Contra la España vacía’, el nuevo libro de Sergio del Molino, que estoy leyendo estos días, hay un capítulo titulado ‘Banderas desteñidas’. Del Molino recuerda que en ‘La España vacía’ escribió sobre el pueblo de Valencia donde pasó su niñez y con qué pasmo -y orgullo- recibieron aquellos «viejos en blusón negro» las primeras emisiones de Canal 9, donde los informativos se hacían en valenciano. A ellos se les había dicho que su lengua era casi de analfabetos y sin embargo ahora escuchaban en ella las noticias del mundo.

Pero toda cara tiene su cruz, dice Del Molino, y ésta aparece cuando la lengua, y otras cosas, se convierten en arietes del nacionalismo y, en vez de abrir puertas, sirven para cerrarlas. Líbrennos siempre de los guardianes de las esencias porque aquí somos todos mestizos.