Escribir y cantar para sentirse útil

Isamil9 reconoce que a los poemas de Miguel Hernández debe el hecho de ser cantautora y su acercamiento a la poesía

Mercedes G. Rojo
23/04/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Isamil9 en una de sus recientes actuaciones. | NEMONIO
Isamil9 en una de sus recientes actuaciones. | NEMONIO
«Dicen que una palabra muere, cuando se dice, digo, que en este instante empieza a vivir. Deja que yo te arrope con mis palabras, deja que ellas te acunen para dormir. (...)». (‘Esperándote’, de párvula nAnAs. Isamil9).

Volvemos hoy la mirada hacia la música, cuando esta se hace nota y palabra al mismo tiempo, en el mundo de los cantautores, donde la poesía tiene también parte de su reino. Y es que hoy nos acercaremos a una figura que, para quienes habitualmente transitamos por los caminos culturales de nuestra provincia, es de sobra conocida por su habitual presencia en los mismos. Se trata de Isabel Revilla del Río (Matadeón de los Oteros), Isamil9 en el panorama artístico, quien se declara nacida «en el sur de la provincia de León, en lo que se conoce como tierra de campos». De su nombre artístico, con el que tiene una pelea continua para que se escriba correctamente «pues si no pierde todo su sentido», mantiene una cierta incógnita de la que a menudo solo revela el hecho de que está ligado a Miguel Hernández. Si añadimos que fue en el año dos mil nueve cuando junto a anteriores compañeros nació el proyecto en torno a Miguel Hernández, ahora retomado en León, y que reconoce que a los poemas de éste debe el hecho de ser cantautora y su acercamiento a la poesía a través de la música, tal vez encontremos en ello una pista importante para aclarar la duda.

Isamil9 reconoce no escribir «en revista o periódico alguno de manera asidua, y no he ganado ningún premio salvo el más importante: tener la oportunidad de ser mejor persona con y por quienes a mi lado estáis», y por eso sí que «asiduamente» la encontramos en numerosos actos poéticos y musicales, acompañada siempre de ese ya habitual «cuaderno de sentimientos» donde pide al público plasmar lo sentido ante su actuación, como alimento propio, como aliento para seguir creando y avanzando en su labor artística, porque entre sus objetivos como artista está, quizá el más importante de todos ellos, el de «revolver, transmitir, sea lo que sea». Y solo el numeroso público que la sigue es muestra palpable de que efectivamente lo consigue.

Miembro de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) «cuya labor resulta encomiable con la sociedad, con aquellas familias a quienes les fueron arrebatados sus seres queridos, aquellas personas que fueron brutalmente asesinadas y enterradas en cunetas y fosas comunes, en una época atroz, en una guerra fratricida y aun una posguerra de espanto», su voz se alza alta y clara en cualquier acto que se organice en pro de la Memoria Histórica; también en aquellos que pretenden visibilizar situaciones injustas o de necesidad, cualquiera que sea el colectivo que las sufra.

Alma máter de mil9-colectivo literario (con el que comparte proyectos como ‘Me llamo barro’, dedicado a Miguel Hernández, o ‘Del micro al verso’, un recorrido por la obra de diversos poetas), parte esencial de ‘Tres en un traje’, con quienes teje palabra y música, en un intento de que el arte sea reconocido en esta provincia más que como un simple afición; o colaboradora orgullosa desde hace varios años de El Candil, Centro Obrero Popular, desde donde se trabaja en pro de la cultura como alimento del alma; esta labor, junto a la de compositora para otros artistas (ahí está la colaboración con las pandereteras de Gritsanda), sus intervenciones continuas al lado de otros intérpretes y su intensa trayectoria personal, hacen de Isamil9 una carismática artista y una instigadora cultural que utiliza la música y la poesía como elementos fundamentales de su estar personal, en el que busca continuamente combinar lo nuevo y lo tradicional porque «todo tiene interés (…) todo tiene su espacio y sus instantes, y de todo y todos puedes aprender, si quieres, claro está».

Reconoce su necesidad de escribir que bebe «de la vida sin filtros» como principal fuente literaria, y a la pregunta de cómo se define en este sentido contesta sin cortapisas: «algunos dicen que soy cantautora, otros que soy poeta por eso de que escribo. Pero por respeto a quien escribe, con mayúsculas, prefiero decir que soy ‘juntaletras’. Letras que, a veces, solo eso: escribo; otras canto y, otras, escribo para cantar. Escribo y canto para sobrevivir al pasado y no olvidarme la memoria. Canto y escribo para sentir, porque escribiendo y cantando siento y, sintiendo, soy». Quizá por ello y por lo perfeccionista que es en su trabajo (demasiado meticulosa que siempre ve el vaso medio vacío, dice), no fue hasta finales de 2017 que nos regaló su primer libro- disco, su párvula nAnAs, en el que incluye, junto a otros textos propios y ajenos, seis deliciosas «nanas» propias que nos hablan de su profunda delicadeza y sentimiento.

Sabemos que tiene entre manos otros trabajos que van fraguándose lento, cuidando –como tiene por costumbre– cada uno de sus detalles antes de entregárselos a su público. Esperemos que por fin este sea el año.
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