"Es una obra muy atrevida con una denuncia muy potente"

La Submarina da el salto al profesionalismo este jueves con el estreno nacional en el Auditorio Ciudad de León de ‘El gran Prieto’, una obra original de Miguel Murillo para la formación integrada por Alberto Díaz, Miguel Barajas, Javier Bermejo y Gerardo Vergara

Joaquín Revuelta
28/09/2022
 Actualizado a 28/09/2022
Javier Bermejo, Alberto Díaz, Gerardo Vergara y Miguel Barajas son los componentes de La Submarina. | MARCELO O. TETTAMANTI
Javier Bermejo, Alberto Díaz, Gerardo Vergara y Miguel Barajas son los componentes de La Submarina. | MARCELO O. TETTAMANTI
La nueva temporada de teatro y danza en el Auditorio Ciudad de León se abre este jueves con el estreno nacional de ‘El gran Prieto’, una obra escrita ex profeso por el dramaturgo extremeño Miguel Murillo para la compañía leonesa La Submarina, que de este modo da un paso importante en su trayectoria accediendo al circuito profesional.

Javier Bermejo, miembro original de La Submarina junto a Alberto Díaz y Miguel Barajas, se hace cargo esta vez de la dirección de esta función que cuenta con un elenco artístico más numeroso de lo que hasta ahora venía siendo habitual en la compañía, integrado por nombres como Alberto Díaz, Miguel Barajas, María José Pavía, Gerardo Vergara, Teresa González, Sofía Miguélez y María Quiroga.

‘El gran Prieto’, cuyo estreno tendrá lugar este jueves en única función a las 20:30 horas en el Auditorio Ciudad de León con entradas a 10 euros, es una obra que, según señalan fuentes de la compañía leonesa, «no tiene vocación de enseñar nada, solo hacer preguntas, mostrar un personaje rodeado por gentes y seguir su evolución durante unos años». El humor y la crítica no faltan por lo tanto en una función que muestra «cómo un cualquiera puede llegar a ser alguien y cómo lo importante es joder, ya sea desde la política o la pornografía».

Javier Bermejo recuerda que La Submarina dio sus primeros pasos a finales de la década de los noventa de la mano de Alberto Díaz, incorporándose en su caso a la misma en 2003 en un homenaje que se hizo al inolvidable director teatral Kike Fernández. «Tras este homenaje La Submarina estuvo parada mucho tiempo y en 2014 Alberto Díaz, Miguel Barajas y yo decidimos retomar la actividad hasta hoy, en que nos planteamos dar el salto al profesionalismo. Ha llegado un momento en el que nos hemos dicho: damos el salto, nos atrevemos con algo más serio, queremos entrar en otro tipo de circuito y vamos a ver qué pasa, porque los montajes que hemos hecho desde 2014 para acá parece que han gustado y nos hemos visto con confianza para dar este salto», destaca Bermejo, que repasando la trayectoria del grupo durante casi una década recuerda las funciones de microteatro llevadas a cabo durante un año y medio en El Gran Café dentro de una iniciativa que dieron en llamar ‘Tespresso’. «Disfrutamos mucho con aquel proyecto y de hecho más de una vez hemos tenido la tentación de retomarlo», reconoce Bermejo, que enumera del más cercano al más lejano los montajes protagonizados por La Submarina: ‘Confesiones de Don Quijote’, a partir del texto de Santiago Trancón; ‘El señor Ibrahim y las flores del Corán’, sobre la obra de Eric-Emmanuel Schmitt, del que Barajas y Bermejo llegaron a realizar numerosas representaciones a lo largo de varios años; el disparatado ‘Cuatro vinos y un día’ y ‘Yo desahuciado? No! He acertado’, en el caso de estos dos últimos con el sello inconfundible del fundador Alberto Díaz. Sobre las circunstancias que han concurrido para que La Submarina se haya decidido por fin a dar el salto al teatro profesional, Javier Bermejo cree que sobre todo han sido las ganas de entrar en otro tipo de circuito y poder afrontar la actividad escénica de manera más seria, con mayor dedicación, mayor sensibilidad y con un criterio más enfocado al futuro. «Es verdad que yo he trabajado más fuera de León, pero Alberto y Miguel siempre han tenido la ilusión de tener compañía propia y en la decisión que hemos tomado ellos han sido determinantes.  El cuarto integrante de La Submarina es Gerardo Vergara, que también ha querido tener compañía y como que se han unido las fuerzas para llevar a buen término esta vieja aspiración de todos», comenta el también componente de la compañía vallisoletana La Quimera de Plástico, que igualmente quiere hacer mención a otros cuatro nombres que forman parte del elenco artístico de ‘El gran Prieto’, como son María José Pavía, Teresa González, Sofía Miguélez y María Quiroga.Javier Bermejo comenta que la anterior función ‘Confesiones de Don Quijote’, que estuvo escrita expresamente para La Submarina y que contaba además con música en directo, contribuyó a crear un sello propio que ahora se ha visto reforzado con ‘El gran Prieto’, donde han contado con la implicación directa del conocido dramaturgo extremeño Miguel Murillo. «La dramaturgia de Murillo la conozco de mi etapa en La Quimera de Plástico. Desde que le hicimos la propuesta se mostró feliz de trabajar con nosotros y en un principio optamos por una obra que ya tenía escrita, pero nos dimos cuenta de que eran demasiados personajes y Miguel optó finalmente por escribir una obra ex profeso para nuestra formación», recuerda Bermejo, para quien ‘El gran Prieto’ «es una obra muy dinámica, a lo que contribuye la música en directo, que cuenta con una estética muy particular que pretendemos que se acerque al cómic, una obra muy atrevida que contiene una denuncia muy potente de cómo alguien que no es nadie puede llegar, por estar en el lugar adecuado y en el momento justo, a ser presidente del gobierno», sostiene el director de la representación, que no duda que ésta contiene una clara crítica al populismo que se ha incorporado a la política, si bien la pieza trasciende este marco  para hablar de la vida en general. «La función habla de la familia, de las relaciones personales, entre padres e hijos, de los medios de comunicación, de la pornografía... en realidad toca un montón de temas y lo hace en todo momento con un humor (negro) muy directo que hace que la obra se lea muy fácilmente de principio a fin».

Sobre el mensaje de la obra, su director cree que viene a decir que cada vez pensamos menos por nosotros mismos y que nos movemos por intereses. «Es este sentido es una función muy contemporánea, muy de aquí y de ahora, pero también de atrás y de lo que está por venir», sostiene Bermejo, que actualmente da los últimos retoques a una función que va a marcar un antes y un después en La Submarina.
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