"Es la voz de cuanto se está apagando"

Suavemente Manilla es el título que el maestro Toño Llamas eligió para su artículo semanal en La Nueva Crónica. Un título para unir un libro recién publicado, Suavemente ribera, y a un autor que él conoce como nadie, Antonio Manilla, pues no en vano entre los mucho ingredientes que aliñan a ese gran poeta que hoy es Manilla están las largas conversaciones en el hórreo de Llamas o la ancha acera de la casa de Manilla, separadas por tan solo unos metros, una a cada lado de la carretera. De El Padre Isla a González de Lama pasando por Los novísimos o El Grupo de Oviedo (donde el leonés estudiaba) y García Martínno daban lugar a la tregua ni el descanso. No siempre había acuerdo y prolongaban el duelo intercambiándose libros a ver si se convencían uno a otro.

El duelo es tan eterno que aún sigue. Y cuando Manilla atacabacon Miguel D’Ors o Andrés Trapiello el ‘maestro’ Llamas replicaba conAgustín Delgado. Frente a García Martín estaba González de Lama y, cuando la batalla requería una tregua hay un momento de paz de la mano de Luis Cernuda o Gerardo Diego.

Había otro punto en común, la pasión por la lectura, leerlo todo. Y otro más, ponerle filosofía como telón de fondo de todo. Y un último, el río. Llamas para ver los alavancos de su infancia a la vera del Esla en Vidanes, Manilla para pescar en el Torío de su infancia recordando cómo su padre le enseñó todos los secretos de este arte que sigue siendo su pasión.

Trata sobre mundos perdidos, poemas elegíacos, que no tristes, a la espera de otro recomenzar  La suma de todas estas cosas —y sus estudios de Historia del Arte, y su trabajo en Everest, y sus colaboraciones en prensa...— han hecho de Manilla una de las voces más singulares y reconocibles del panorama poético, dejemos ya lo de joven que todo el mundo cumple años. El mismo que acaba de ganar el prestigioso Premio de Poesía Generación del 27 con ‘Suavemente ribera’ (Visor) y que ha sido elegido por El Corte Inglés para que esta tarde (a las 20 horas) protagonice el acto que celebra el Día Mundial de la Poesía, arropado por el profesor y crítico José Enrique Martínez. «Es mi octavo libro de poesía y creo que el prestigio del Premio y que haya visto la luz en una editorial dedicada casi exclusivamente a la poesía, a la que cuida como pocos, es lo que ha animado a Ámbito Cultural de El Corte Inglés a invitarme a presentarlo en una fecha tan señalada como el Día Mundial de la Poesía. Y presentado además por un crítico leonés que es una autoridad nacional en todo lo que compete a poesía contemporánea, José E. Martínez», explica el poeta de Cármenes.

Señala Manilla que en el plano formal el libro tiene algunas novedades.«Una puede ser el menor uso de endecasílabos, buscando salirse los versos de ese sonsonete, así como una combinación de poemas largos y discursivos con otros breves y más directos, que pretenden impactar la conciencia, un tipo de poema que ensayé sobre todo en mi libro anterior, titulado En caso de duda y otros poemas de casi amor».

Y en el apartado temático ofrece una mirada muy propia sobre esa tierra extraña que es la muerte,un tipo de muerte. «La parte central poetiza sobre la demotanasia o muerte demográfica de los pueblos, algo que se hace escribiendo sobre la soledad y el abandono. Trata sobre mundos perdidos o que se están perdiendo y es un conjunto de poemas elegíaco, lo que no significa tristes, que además culmina con una sección que podríamos decir auroral, a la espera de una nueva luz, de otro recomenzar. De alguna manera, digamos que he intentado hablar por los espacios despoblados, que en los versos resuene de alguna manera la voz de cuanto se está apagando».

- ¿Lo logrará con poesía?
- La poesía no debe tener más o menos relevancia que la que de por sí tiene, el género más alto de la literatura y el menos difundido, pues exige al lector que ponga mucho de su parte. Eso no quiere decir que sea oscura. María Zambrano decía que «la poesía había nacido como ímpetu hacia la claridad», como forma de explicar el mundo».