"Es la obra de madurez del mejor escritor de mi familia"

Julio Llamazares presentó en la feria el libro de su sobrino David Rubio, ‘Los cuatro palos del tiempo’

Fulgencio Fernández
11/05/2015
 Actualizado a 16/09/2019
David Rubio sonríe cuando escucha a su tío Julio Llamazares confesar que Rubio es el mejor escritor de la familia, «que no es mucho decir», añadió. | DANIEL MARTÍN
David Rubio sonríe cuando escucha a su tío Julio Llamazares confesar que Rubio es el mejor escritor de la familia, «que no es mucho decir», añadió. | DANIEL MARTÍN
«Lo primero que tengo que decir de ‘Los cuatro palos del tiempo’ es que se trata de la esperada obra de madurez del mejor escritor de mi familia, que no es mucho decir pero es lo que hay». Así de contundente se mostró el escritor Julio Llamazares al hablar de la cuarta novela de su sobrino, David Rubio, director de La Nueva Crónica de León, que ayer protagonizaba la mañana de la Feria del Libro, al presentar su libro y por congregar, al margen de un buen número de leoneses, a los candidatos a las municipales en la capital —Antonio Silván y José Antonio Díez— y al todavía alcalde, Emilio Gutiérrez.

David Rubio les agradeció su presencia. Julio Llamazares aprovechó la ocasión para, muy en su linea, darles cera con frases que iban de la amabilidad a la verdad descarnada. «Agradezco que estén aquí los responsables públicos presentes y futuros y aprovecho para decirles que no se puede presumir con toda la razón del mundo de que León es tierra de escritores y ahí se acaba todo, no hacerles ni caso, como se evidencia en esta Feria del Libro que es la que cuenta con menos medios de todas las que he recorrido y en los últimos meses he acudido a muchas». Ypuso un ejemplo que sabe que es sangrante y significativo:«He estado en la de Valladolid y allí el Ayuntamiento  ya que es municipal, aporta más de 200.000 euros;la de León no he querido ni preguntarlo».

No se puede presumir de tener el mejor plantel de escritores y después dar la espalda a la Feria del Libro Pasó después a analizar las características y las claves del libro del mejor escritor de su familia, David Rubio, «en el que encontramos la madurez que ya se apuntaba en títulos anteriores como ‘La fuerza de los días’ o ‘El aplauso de los chopos’. «Es muy original la fórmula que ha elegido, unos paisanos jugando en una taberna de Berlín y que a mi me recuerda a una de Vegas del Condado y también reconozco rasgos de alguno de ellos. Pero eso es anecdótico, lo fundamental es cómo cuenta la vida desde la mirada de unos escépticos, de vuelta de todo, que ya no esperan nada más que volver cada día a jugar la misma partida, pero que nunca es la misma pues, como él ha reconocido, le encanta indagar en las claves secretas del juego de las cartas, que no es más que la representación de la vida, de la suerte, si vamos más allá del tarot, no en el sentido que se le da ahora en esos programas nocturnos de la televisión».

Estamos ante un excelente escritor, a poco que le acompañe la suerte será uno de los grandes de esta tierra Explicó David Rubio que es cierto que el bar de Berlín huele a Vegas del Condado, pero «otra de mis obsesiones, y me gusta escribir de mis obsesiones, son las migraciones, de todo tipo, por eso he llevado a estos jugadores a Berlín;como me obsesiona no perder la capacidad de sorprenderme y entusiasmarme cada día, y más siendo periodista, por lo que buscado la capacidad de sorpresa en el ambiente más alejado de ella, en unos jugadores de cartas que todos los días hacen lo mismo, jugar la partida».

David Rubio explicó que escribir este libro había sido una terapia para los duros momentos de la desaparición de la vieja La Crónica de León y agradeció, como también hizo Llamazares, la existencia de personajes como el editor del libro, Gregorio F. Castañón.

Se mostró convencido Julio Llamazares de que —como escritor y lector, no como tío—«estamos ante un excelente escritor, uno de esos que a poco que le acompañe la necesaria suerte será un orgullo para esta ciudad, de la que seguramente se tendrá que ir en ese momento pues, como ocurre con la Feria del Libro, una cosa es predicar y otra muy diferente dar trigo».

Y parecía saber de lo que hablaba. Los candidatos no dijeron nada.
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