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Eruditos versus académicos

04/01/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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Existe un soterrado enfrentamiento entre dos perfiles de especialistas en diversas materias. Por un lado están los procedentes del mundo académico, que conforman la ortodoxia de la universidad española. Por otra parte están los llamados «eruditos locales» por los especialistas académicos haciendo éstos un alarde de arrogancia intelectual. Lo cierto es que no se comprende la existencia de unos sin la actitud de los otros.

Y eso sucede porque el mundo académico sumerge a quienes hemos participado de él en un adormecimiento de la iniciativa que destroza al emprendedor intelectual. Son muchos los profesores brillantes en la universidad. También hay excelentes investigadores. El problema es que conviven con muchos otros de una mediocridad que ofende a la honra. Y eso sucede porque en la universidad casi todo se permite porque nadie ‘toca’ a sus compañeros.Así que cuando uno cuenta al término de los estudios los profesores e investigadores excelentessobre el total, resulta un porcentaje reducido para lo que tendría que ser. Hay otros muchos que podrían llegar a ser muy buenos, pero el inmovilismo en los métodos y actitudes, y el conformismo bloquean su progreso.

El resultado es que, a pesar del numeroso contingente de personal docente e investigador que tenemos en España –y en León en concreto– son numerosas las materias de investigación en las que el mejor especialista es uno de esos que motejan como ‘erudito local’ desde la universidad. Qué sería de los petroglifos, de los canales de las Médulas, de las tradiciones o de la Historia de León sin esas personas que han llegado a tales disciplinas desde la pura afición. Se les reprocha que no son ortodoxos en sus indagaciones, pero es que la universidad está ausente en muchos casos. No hacen más que cubrir el hueco que deja la academia.

Y hay que decir que en muchos casos existen estudios sobre estas materias, pero nadie los conoce porque no hay compromiso con su divulgación. Y uno de los deberes del mundo académico e investigador es dar a conocer qué hacen, en qué gastan nuestro dinero. Si no se divulgan los resultados de su trabajo, es como si no lo han hecho.

Quiero citar otro caso que tengo reciente. Hace unos días, revisando una comunicación de un catedrático sobre numismática medieval, no he podido evitar el asombro. El reputado especialista se hartó de hablar de los reyes de Castilla y León mientras ser refería a monedas de los siglos XI, XII y XIII. En ellas lo único que se leía era ‘Rey de León’, ‘Reinante en León’ o ‘Rey de las Españas’. En conclusión: ¡qué sería de nosotros sin el espíritu crítico del erudito!
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