"Éramos dos paisanos hablando a la orilla de la carretera"

Juan Daniel Rodríguez pasó varios años acumulando historias de pastores y ahora expone todo ello en una muestra en el auditorio de Sahagún

Fulgencio Fernández
09/07/2022
 Actualizado a 09/07/2022
Una de las imágenes de pastores que se puede ver en la exposición en el auditorio de Sahagún. | J.D.RODRÍGUEZ
Una de las imágenes de pastores que se puede ver en la exposición en el auditorio de Sahagún. | J.D.RODRÍGUEZ
Cuando veía un pastor desde la orilla de la carretera, me bajaba del coche como un paisano que soy y sin grabadora ni cámara de fotos ni nada me ponía a hablar con ellos. Les contaba mi vida para que vieran que era de los suyos y ellos ya se animaban a contarme la suya. Y, ya a última hora, les preguntaba: ¿Y si te tiro una foto? Accedían con una condición, que se la hiciera llegar a ellos pues estaban cansados de que les ‘retrataran’ se acabó, no volvían a saber nada más. Yo prometo que se las hice llegar a todos, solo una, pues no les hacía más». Así recuerda Juan Daniel Rodríguez cómo fue reuniendo fotografías de pastores, en la época que era redactor de comarcas en la desaparecida La Crónica de León. «Tiraba solo una foto, de un lado por no ‘abusar’ de los pastores y también por economía, que ya sabes que entonces no se podía disparar alegremente, que había que revelar los carretes, pagar las fotos...».

Hacía dos copias. Una foto fue a manos del pastor, la otra quedó en las mejores manos posibles, las de Juanda Rodríguez, que no solo las apreciaba como paisano suyo que es, como comarcano, como conocedor de la vida del campo y la agricultura. Pero a aquellas fotos captadas fue sumando Juan Daniel verdadera fascinación por la forma de entender la vida y la forma de contarla de los pastores. Llegaba a la redacción muchas veces emocionado y nos trataba de contar aquello que le habían contado, aunque no tiene ninguna grabación y tampoco lo lamenta pues es consciente de que «si les pongo delante un cassette se rompe toda la gracia, pierden la espontaneidad y la naturalidad al contarque era su gran tesoro, la magia de aquellos encuentros entre dos paisanos a la orilla de la carretera».

Así fue acumulando material. Se quedó cerca de los 100 pastores, concretamente 97, de varias provincias aunque la mayoría de ellos, 66, son de León y una buena parte de éstos de su comarca, de los alrededores de su Villeza natal. «En la exposición de Sahagún muestro 43 fotografías de los pastores de la comarca, ya que lo organiza el Ayuntamiento me pareció lo más apropiado. Allí están pastoresde Villeza, Grajalejo, Las Grañeras, Bercianos, Vallecillo, Villaverde de Arcayos, Sotillo de Cea, Villamuñío, Villazanzo, Villamizar o Castroañe», a los que ha puesto texto otra antigua compañera en el desaparecido periódico, Cristina Domínguez, ahora responsable de contenidos en Sahagún Digital.

Reconoce Juan Daniel Rodríguez queprimero fue su curiosidad periodística y humana la que le acercó a ver a los pastores, a hablar con ellos, a enterarse de cómo era su vida, qué familia tenían, las curiosidades habituales. «Pero los pastores, además de responderme a mis preguntas, me enseñaron otra forma de entender la vida y el paisaje, de interpretarlo». Y de esa época es un recordado reportaje en el que el periodista de Villeza reivindicaba otra belleza del paisaje, es evidente la de parajes como Picos de Europa u otros espacios parecidos, pero su página hablaba de la belleza del paisaje que ilustraba con una fotografía, en la que aparecía «a campo abierto un solo árbol», yo diría queuna encina.

Pues de aquel acopio de imágenes y experiencias a la orilla de la carreterafueron naciendo proyectos con el paso del tiempo. Hace más de una década fue un libro,con sus pastores, y ahora esta exposición que ayer mismo abrió sus puertas en el Auditorio municipal Carmelo Gómez de Sahagún, decorado con motivos pastoriles,dondepermanecerá hasta finales de noviembre.

El título de la muestra, ‘Mis pastores’, ya sugiera que se trata de mucho más que una exposición de fotografías, que también, sino que va mucho más allá, como el propio Juanda sugiere «allí quiere estar la esencia del trabajo de pastor, sus protagonistas y sugerentes reflexiones que sumergirán al lector en un viaje por el tiempo, el espacio y el silencio de la tierra cruda».
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