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Época de encierro vírico

16/06/2020
 Actualizado a 16/06/2020
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Antes de pasar a realizar un breve comentario de los hechos y características de esta época atípica que la ciudadanía está pasando, deseo dejar claro que los ciudadanos españoles están dando muestras de civismo, aguante y comportamiento. Los políticos, elegidos por ellos, deberán promover que en algún lugar de las ciudades que plasmado el homenaje que merece esa ciudadanía silenciosa, trabajadora y admirable.

Este tiempo de ‘estado de alarma’ y ‘confinamiento’, igual a ‘encierro’, tiene características interesantes.

El ‘virus atacante’ ha conseguido que muchos recapacitemos sobre varios aspectos de la vida que de otra manera y debido al vértigo que el ser humano se había interpuesto, impedía ver el frondoso bosque y así ha demostrado que:
– El ser humano se había creído el dios invulnerable que dominaba todo y se reía del resto.
– Ciertas naciones vivían en el gasto absoluto y el derroche demagógico olvidando el ahorro y la laboriosidad productiva.
– Ha descubierto a los verdaderos altruistas y colaboradores de la sociedad.
– Ciertos expertos han quedado con las vergüenzas al aire.
– Muchos pseudopolíticos deben ir buscando un trabajo productivo para ayudar a sus conciudadanos después de una demostración inútil de sus nulas cualidades.
– Mientras los ciudadanos de a pie trabajaban y se jugaban la vida, y otros iban al paro, el Congreso se cerraba, no trabajaban, cobraban dietas y sueldo y no se planteaban reducir el excesivo número de políticos.
– Hacienda, sin embargo mantenía los plazos de cobro y declaración con todo el mundo encerrado.
– Algunos Gobiernos se han rebozado en sus propias mentiras.
– El virus se ha paseado desgraciadamente ante los inútiles gobernantes demostrando que la política es una basura cuando no está al servicio del ciudadano.
– Precisamente la progresía ha fracasado porque no está al lado de la ciencia, investigación, educación, técnica… porque el dinero destinado a estos menesteres es ridículo.
– Como consecuencia de ésto no existen a futuro procedimientos organizativos para la población en el caso de catástrofes, pandemias y cualquier otra cosa.
– La solidaridad de las naciones ha quedado en entredicho, especialmente la de las naciones integrantes en ese complejo económico llamado Unión Europea.
– Los magnates que han movido los hilos de los flujos migratorios en época de bonanza se han quedado mudos e inoperativos.
– Se ha extendido el subsidio de las arcas presupuestarias a entidades informativas privadas con el fin de que sea sólo una voz de su amo la que tenga la ‘ventana orweliana’ en cada domicilio.
– Ha habido un ataque potente contra la generación que se ha sacrificado por sus países y ha sido despreciada, cuestión que pagará esta sociedad del ocio, el plasma cotilla y la playa fácil, como le ha sucedido a otras civilizaciones de más fuste que esta.
– Se ha demostrado el talante humano de algunas profesiones de primera línea en estos casos como los sanitarios, farmacéuticos, fuerzas del orden, auxiliares de todo tipo, ejército, empleados de servicios, empleados de comercios y supermercados, trabajadores del campo, transportistas…
– El desajuste, contradicción y anarquía e informaciones tediosas y grandilocuentes de los responsables en ruedas de prensa, más propias de otros tiempos, han sido clamorosas.
– El desatino en la comunicación de la estadística periódica de las consecuencias de la epidemia ha resultado insólito.
– La actuación con las personas fallecidas y sus familiares denigrante y pasará factura desde luego a los responsables.
– No ha habido un plan diseñado para el largo período del confinamiento.
– La actuación en las residencias ha sido de una negligencia que debe ser investigada.

Si de todo ésto no se obtienen conclusiones para futuros hechos que, indudablemente ,ocurrirán después de la exclaustración según los científicos e investigadores, mejor seguir la indicación ya sabida: «¡Que se detenga el tiovivo que me bajo».

Porque no sé si estos revolucionarios trasnochados se habrán dado cuenta que no será el mundo lo mismo después de este ataque vírico porque le bichito no se le ve pero es peor que un miura y tiene maneras poco ortodoxas pero implacables y revolucionarias.
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