22/11/2021
 Actualizado a 22/11/2021
Guardar
En lo que va de siglo ninguna plaga había sido tan dañina como el coronavirus. Las bajas humanas que ha causado son inconcebibles y lo que en un principio parecía un virus lejano y exótico se ha convertido en una compañía diaria implacable y mortífera. El covid nos ha mostrado nuestra vulnerabilidad ante las plagas y ahora ya nos creemos los avisos de los científicos sobre superbacterias y otras amenazas, aunque siga siendo irrefrenable la atracción del cañero del bar, como si fuera Júpiter y nosotros un minúsculo asteroide.

Nos guste o no, vivimos rodeados de plagas. De hecho, no son pocos los que dicen que los propios humanos lo somos. Sin abrazar el especismo ni el otro extremo, nadie puede negar la presencia de un número excesivo de ejemplares de ciertas especies en lugares donde no les corresponde. Desembarcos masivos que tienen que ver con la acción o inacción del Homo Sapiens.

Hoy se pueden ver visones americanos en la isla del Bernesga bajo el puente de San Marcos, el nematodo amenaza los pinos de repoblación como lo hace el escarabajo de la palmera con los ejemplares en el sur de la península, donde las cotorras invaden playas y plazas. En buena parte de los montes de la provincia no es difícil toparse con un jabalí y en los taludes de vías y autovías proliferan los conejos, que parece que cada año se hacen más fuertes frente a la mixomatosis. Además, de manera cíclica, en los rastrojos del cereal y en las cunetas de las comarcales se multiplican los topillos desde hace décadas, atrayendo rapaces que antes no se asomaban a las tierras de labor. Por el aire también llegan cormoranes, que esquilman los ríos, las palomas de las ciudades o los molestos estorninos. Menos voluminosos, pero también violentas, la avispa asiática y la avispilla del castaño plantean retos tanto en los sotos como en los pueblos. Y más silenciosos, la grafiosis acaba con los negrillos y el fuego bacteriano es una preocupación recurrente para los que tienen frutales. Casi nada.
Lo más leído