Entre mujeres

10/02/2018
 Actualizado a 13/09/2019
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Me considero muy afortunada por haberme criado prácticamente entre mujeres. De hecho, salvo excepciones lógicas, las personas más importantes de mi vida son mujeres. En mi familia hay un alto porcentaje de ellas, y creo que eso influye en mi manera de ver el mundo, en mi educación y en mis valores de respeto. Y aunque creo que me ha tocado lo fácil, porque a nuestras generaciones ya han venido otras tantas a abrirles el camino, sigo teniendo que aguantar ciertos comentarios y actitudes que me resultan increíbles a estas alturas. Me sigue asombrando el porcentaje de hombres de los 90 y de algunos años antes que aún siguen teniendo ciertas reminiscencias machistas, y cómo el poder de las redes sociales hace que chavales de 15-16 años se conviertan en unos controladores de niñas de su edad. Me alucina tener que escuchar, incluso en mi trabajo –donde todas las que curramos somos mujeres– frases del tipo: «Es que fue a la entrega de premios en vaqueros». Esto ha sido dicho por un hombre, aunque algunas mujeres presentes alegaron que es que necesitaba unas clasecitas de estilismo. Son cosas que me indignan profundamente. Me parecen comentarios tan rancios y casposos... Aunque peor me parece ese falso feminismo y sentimiento promujer cuando viene de alguien que te dice que, para ser una mujer feliz y completa, tienes que sentirte 100% realizada tanto profesional como personalmente. Es decir, que si quieres tener hijos, no vale eso de cogerte una jornada reducida, porque en tu empresa no volverán a confiar en ti y nunca llegarás a alcanzar puestos de responsabilidad. ¿Ese es el favor que nos hacemos entre mujeres? ¿Todas tenemos que trabajar como jabatas, cuidar perfectamente de nuestros hijos y además tener tiempo de ir al ‘gim’ y salir a cenar los sábados? ¿Y si hay gente que no tiene la suerte o el dinero de tener una niñera que le recoge al peque todos los días o si simplemente se quiere quedar en casa porque prefiere disfrutar más tiempo de él? ¿Es por eso menos válida o profesional? Qué injustas somos a veces…
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