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Entre heladas y cencelladas

16/01/2020
 Actualizado a 16/01/2020
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Si hay 31 días que se hagan especialmente largos son los de enero. Este mes dura lo mismo que... Espera, voy a contar nudillos... Otros seis meses del año pero, pasada solamente su primera mitad, el sabor de los polvorones y el sonido de los matasuegras poscampanadas parecen ya más lejanos de lo que el calendario marca. Sin embargo, llegará otra vez diciembre y sentiremos de nuevo que el año se ha esfumado sin saber muy bien cómo. Así son las sensaciones, no entienden de lógica y menos de principios y finales.

Y es que la sensación que queda tras unas cuantas noches de heladas y mañanas de cencelladas es una cuesta de enero que no es un cuento de viejas, que es tan real como la desgana de la primavera o la ‘modorra’ de las tardes de verano. Habitualmente asociada al bolsillo, la cuesta de enero llega detrás de los ‘tarifazos’ del día uno y los excesivos desembolsos de la Navidad. Pero como no solo duele la peseta, la pendiente en estos días acaba por volverse emocional.

Para recordarlo, los creadores del ‘Black Friday’ llevan unos años presentándonos el ‘Blue Monday’, el tercer lunes de enero que es también el día más triste del año. Si el primero nos recuerda que tenemos que derrochar porque es lo que toca, el segundo nace con la pretensión de que no olvidemos deprimirnos. La fecha fue elegida en base a una ecuación que tiene como variables a los escasos ahorros, al tiempo transcurrido desde la última nómina y hasta la siguiente, las malas condiciones meteorológicas y el fracaso de nuestros buenos propósitos.

Así que ya sabes, este lunes tienes que estar triste. Recuerda no pensar por ti mismo y venirte abajo porque sigues con Castilla, porque en el reparto a granel de ministerios no te tocó ninguno y porque el Atleti meterá un saco de goles a la ‘Cultu’. No olvides los 4.000 habitantes menos de cada año ni que en tu pueblo se ha vuelto a ir la ‘tele’ y que la cobertura nunca llegó, tampoco la epidemia de gripe y que te quieren quitar hasta el Ave. Recuérdalo porque eres leonés y la única alternativa que te dan es el olvido: emborracharte y quedarte a dormir en el baño de un bar. Ah, para cuando despiertes sírvete una caña porque este enero viene cuesta arriba y vas a necesitar un buen arreón.
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