Entre flores y piedras

Con precisión verbal y una extraordinaria economía narrativa, logra plasmar un relato poético y filosófico que nos deja pensativos. Y nos adentra en un universo en el que nos reconocemos como seres humanos. Pues es el suyo un retrato acerca de la condición humana, de la vida y la muerte

Mariña Fernández
18/08/2019
 Actualizado a 20/09/2019
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"Al otro lado está el tiempo. Todo el tiempo del mundo. El que transcurre rápido y el que se hace denso. Al otro lado están las preguntas, con o sin respuesta. Las personas que una vez buscaste pero también todas aquellas de las que trataste de huir.

Al otro lado está la belleza absoluta. La inmensidad del amor sin límites, la absolución de tus errores. Pero también el dolor más intenso, la oscuridad de las almas, las dudas eternas, lo efímero de la existencia.

Al otro lado está todo, Marnie. Todo".

Pero Marnie no quiere cruzar al otro lado. Escucha expectante, pero no se deja engatusar.

Marnie es feliz como es. Sin mucha felicidad pero también sin mucha tristeza. Sin mucha bondad pero tampoco mucha maldad. Sin mucho amor pero sin mucho dolor. No discute en exceso ni sonríe de verdad.

Marnie vive a medio camino entre lo que dicen bueno y lo que llaman malo. Pero es feliz así porque no conoce ni más ni menos que eso.

Sin embargo, desde hace un tiempo, cuando cierra los ojos le visita el Duende de Piedra que la está volviendo loca, tan tranquila ella en su existencia.

"Al otro hay lágrimas ácidas pero también sonrisas dulces. Al otro lado están la imprevisibilidad y los demonios de la incertidumbre, pero también la satisfacción de descubrir las certezas.

Al otro lado hay pasión que arde en los huesos, como traición que desgarra la piel.

Al otro lado te espera todo, Marnie. Todo".

Marnie se despierta sobresaltada como nunca, pues nunca había sentido latir su corazón. Y se sorprende, por primera vez, llorando entre lamentos que no sabía que existían. Se asoma, quiere conocer la verdad. Pero no puede ver al otro lado.

El duende la mira desafiante, pero Marnie tiene miedo. Un miedo que no había experimentado hasta ahora.

"Al otro lado se encuentra la soledad anhelada y la odiada. Inquietudes, decisiones, deseos y consecuencias. Hay enfermedades y pesadillas, fracasos y despedidas...

Pero también es posible renacer cada mañana después de morir cada noche, porque los sueños cabalgan sin dueño. Algunos días de invierno huelen a verano y los éxitos se narran en cuentos.

Al otro lado están las flores y las piedras, Marnie. ¡Al otro lado está todo!"

Marnie no despierta. Su madre la zarandea y grita asustada: ¡Marnie! ¡Marnie!

Pero Marnie ya está muy lejos de allí.

"Al otro lado está la vida".

Relato del Taller de composición que imparte Manuel Cuenya en la Universidad de León
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