Alfonso B&W

'Entre dos aguas'

21/02/2019
 Actualizado a 17/09/2019
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Hay muchas veces que la mentira tiene las patas más largas de lo que figura en el refranero, pero alguien me dijo un día que la verdad siempre asoma. Y no le faltaba razón. Se avecina un frente de citas electorales con intervalos procesionales en los que el Viernes de Dolores hará honor a su nombre más que nunca con el inicio oficial de una campaña que en realidad tiende a ser perpetua. Llevamos varias semanas sufriendo el cortejo de aquellos que son maestros de la mentira o de la media verdad en el mejor de los casos. Y todo para convencernos de que en abril y mayo tengamos una cita romántica con su papeleta y para evitar que les mandemos al guano, cosa que merecen la inmensa mayoría de nuestros pretendientes.

Y en el amor –como en la política– no hay peor cosa que dudar. Quién iba a decir que el líder naranjito acabaría teniendo un affaire con Malú. Ayer no se hablaba de otra cosa, pero aparcando el chafardeo, no dejaba de pensar si después de ver uno de sus discursos políticos la cantante entonaría 'Entre dos aguas', emblemático tema de su tío, Paco de Lucía. De todos modos, aunque los naranjitos hayan criado la fama, casi todos cardan la lana a la hora de querer contentar a todo el mundo para ser así los rompecorazones de la política, es decir, los que se llevan a los votantes de calle para defraudarles de inmediato diciendo o haciendo lo contrario de lo que anunciaron. Ahí está el presidente aviador, que ha roto el corazón de aquellos a los que prometió que convocaría elecciones cuanto antes, pero también el de aquellos a los que luego les dijo que iba a agotar la legislatura. Ahí está el líder de la gaviota, que pretende casarse con la derecha más tradicional y dejar atrás la inanición política de la etapa mariana, pero sin divorciarse del centro que parcialmente ha ocupado siempre su partido. Ahí está el marqués de Galapagar, que aspira a contentar a los más débiles enarbolando sus derechos y también contentarse a sí mismo desde un lujoso chalé. O defender a ultranza la igualdad de la mujer mientras desplaza a la suya de los eventos importantes pese a estar de baja paternal. Y ahí está Vox, que tiene muy claro a quién quiere contentar y no duda en sacar los pies del tiesto para hacer ver que ellos no están entre dos aguas.
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