Secundino Llorente

Entrada en vigor de la Lomloe

21/01/2021
 Actualizado a 21/01/2021
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Este martes ha entrado en vigor la Lomloe. Esta ley pasó con holgura la última prueba del Senado la víspera de Nochebuena. Fue un trámite rápido en la Cámara Alta. El PSOE, Podemos, ERC, PNV y Más País y la abstención de Junts per Catalunya y Bildu pasaron el rodillo a toda velocidad, sin dar ninguna opción a las 640 enmiendas presentadas, con sus 142 votos a favor. La oposición, con 112 votos en contra, ha acusado al PSOE y a Podemos de falta de diálogo y de aprovecharse de esta ley para negociar la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Una semana más tarde, el 30 de diciembre, el Boletín Oficial del Estado publicó la nueva reforma educativa advirtiendo que entraría en vigor a los 20 días de su publicación en el BOE. Así pues, la polémica Lomloe ha comenzado su andadura este 19 de enero.

En mi experiencia profesional en equipos directivos de institutos sufrí cuatro reformas educativas (Lopeg, Loce, LOE y Lomce) con todo lo que esto implica: reuniones, papeles y mucha burocracia. Es necesario modificar todos los documentos del centro: proyectos curriculares o planes educativos. Es obligatorio renovar el PEC, proyecto educativo de centro, con más de doscientas páginas que requieren miles de horas de reuniones. Toda esta parafernalia burocrática nos roba un tiempo hermoso que preferíamos dedicar a los alumnos. Mientras leía estos días la Lomloe pensaba en los directores de colegios e institutos y en los dos años que les esperan elaborando estos documentos. Es la tarea más ingrata para los equipos directivos. Os compadezco, compañeros.

Por otra parte, parece que se proponen complicar el formato de la ley para que sea más difícil de entender. Son 85 páginas en el BOE. Se podrían haber ahorrado alguna si no se hubiera adoptado ‘a rajatabla’ la política de lenguaje inclusivo, no sexista, con desdoblamiento de cientos de palabras en masculino y femenino, a pesar del insistente rechazo de la Real Academia Española de la lengua a este duplicado: «Alumnos-alumnas» o «profesores-profesoras» se repite constantemente. Pero son muchas más de 85 páginas porque, como indica el acrónimo Lomloe, esta normativa se apoya en la LOE y eso obliga a ir adaptando cada artículo sobre el texto de la antigua ley. Os invito a que veáis este jeroglífico en el texto del BOE. Al final, lo que realmente interesa a los profesores es el Decreto de la Consejería de Educación de la Junta de Castilla y León en el BOCyL. Ese será el documento de trabajo cuya publicación están esperando los equipos directivos de esta comunidad autónoma.

A partir del martes pasado, 19 de enero, entró en vigor esta ley, pero ella misma, en su último artículo, marca el calendario de implantación, porque no todas las modificaciones empezaron ese día. De forma inmediata ya están en vigor: la participación y competencias del Consejo Escolar, Claustro y director, autonomía de los centros, selección del director en los centros públicos y admisión de alumnos. Estos dos últimos puntos (director y admisión) en las comunidades que se convocaron antes del 19 de enero se regirán por la antigua Lomce y de ese truco se han aprovechado las comunidades del PP de Galicia, Murcia, Madrid, Castilla y León y Andalucía para sortear por este año la Ley Celaá y favorecer así a la enseñanza concertada. Al inicio del curso 2021-2022 se implantarán las modificaciones introducidas en la evaluación y condiciones de promoción de las diferentes etapas educativas: las modificaciones introducidas en las condiciones de titulación de educación secundaria obligatoria y el bachillerato. En septiembre de 2022 empezarán los cambios en el currículo, la organización, objetivos y programas de educación secundaria obligatoria (ESO) y bachillerato, se implantarán para los cursos 1.º y 3.º de ESO y 1º de bachillerato. Y, un año más tarde, en septiembre de 2023, llegarán las modificaciones para los cursos 2.º y 4.º de ESO y 2º de bachillerato. Desaparecen los itinerarios de la Lomce en 4º de ESO con sus dos vías: una hacia el Bachillerato y otra hacia la FP, pero la Lomloe recupera la Diversificación Curricular que conlleva una atención diferenciada y una división de grupos. Me alegro de este cambio porque ese ‘atajo’ ayuda a estos alumnos con mayor dificultad a conseguir el título de ESO. En el Bachillerato habrá uno de ‘Ciencias y Tecnología’ y otro de ‘Humanidades y Ciencias Sociales’ con dos novedades importantes: posibilidad de prolongarlo «de dos a tres cursos» y de «compensación» en caso de superar todas las materias salvo una. En cuanto al acceso a la universidad, sin cambios apenas, se recuperan las PAU, Pruebas de Acceso de la LOE, y se incorpora como obligatoria la materia de Historia de la Filosofía.

He dejado para el final lo que llamo ‘temas sueltos’ que se quedaron fuera de la ley pero que considero importantísimos: «“La rebaja de las ratios de alumnos por clase» no se ha incluido en la Lomloe y se ha pasado el ‘embolado’ a las comunidades autónomas porque, según el ministerio, tienen competencias para hacerlo. Es lo único bueno que habíamos conseguido con la pandemia. «Promesa a los profesores» de que en el plazo de un año se presentará la regulación de la formación inicial y permanente, el acceso a la profesión y el desarrollo de la carrera docente. La ‘Religión’ seguirá siendo una materia de oferta obligatoria para los centros, pero optativa para los alumnos y sin su asignatura espejo, como Valores Éticos, lo que obligará a las jefaturas de estudios a hacer equilibrismos para ubicarla en el horario sin que queden alumnos libres a media jornada escolar. Los profesores de Filosofía quieren recuperar la Ética en 4º de la ESO, que perdieron con la Lomce, porque es una materia vital para fomentar el pensamiento crítico. Por último, los informáticos reclaman la consideración de la Informática con rango de asignatura, no sólo como optativa. En fin, sin comentarios. ¿hay quién dé más?
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