Enrique Muñiz: "Los enamoramientos son hoy más rápidos y prácticos"

El poeta y escritor leonés publica ‘Cuaderno no tan joven’, un libro que recoge 21 poemas que escribió cuando tenía 21 años y en el que reflexiona sobre el desamor y la ruptura de las relaciones

David Rubio
26/11/2020
 Actualizado a 26/11/2020
Enrique Muñiz, ayer, en la redacción de La Nueva Crónica con su libro ‘Cuaderno no tan joven’. | MAURICIO PEÑA
Enrique Muñiz, ayer, en la redacción de La Nueva Crónica con su libro ‘Cuaderno no tan joven’. | MAURICIO PEÑA
Dice que siempre le ha gustado escribir, que siempre lo ha hecho pero para él, sin grandes aspiraciones, con cierto pudor a publicar y a mostrar públicamente sus sentimientos. El pudor es relativo, porque ahora, ya jubilado, se atreve a publicar los poemas que escribió hace casi medio siglo en el libro ‘Cuaderno no tan joven’, de modo que, si antes no mostraba lo escrito, era, básicamente, «porque eso me condiciona a la hora de escribir».

A primeros de los años setenta Enrique Muñiz tenía 21 años, los mismos que tenía su hija Serel la primavera pasada. Ella pasó por una ruptura en esa época, y su padre no sabía cómo consolarla. Cualquier regalo le parecía insuficiente o demasiado visto como para aliviar el dolor de Serel. Pensó que, quizá, lo mejor que podía hacer por ella era recuperar los poemas que él había escrito cuando tenía su edad y, de un modo u otro, se enfrentaba a situaciones similares, se hacía las mismas preguntas y tenía sentimientos, salvando las insalvables distancias, relativamente parecidos. «Hoy los enamoramientos son más prácticos y más rápidos, como todo lo demás», dice Enrique Muñiz para explicar las diferencias entre las relaciones de hace medio siglo y las de ahora: «Yo pasé siempre los veranos en La Vecilla y allí, en aquella época, con suerte, el último día del verano conseguías ir de la mano con la que chica a la que habías estado rondado durante meses. Luego se iba y no había la comunicación de ahora para mantener el contacto, como mucho escribías cartas, pero la relación inevitablemente se iba enfriando».

Sin embargo, hay una parte de las relaciones que es sustancial y que no tiene que ver con Whatsapp ni con otras redes sociales, sino que los sentimientos pueden llegar a ser compartidos. Recuperó los poemas de entonces, 21 poemas escritos cuando él tenía 21 años, y en cierto modo alivió el trance de su hija, hoy estudiante e Periodismo, a quien dedica el libro y por la que suspira por encima de todas las cosas.

Su amigo Javier Sahagún, diseñador, le animó a publicarlos. Juntos protagonizaron una exposición el pasado verano en el Centro de Artesanía de la localidad berciana de Colinas del Campo de Martín Moro Toledano, con ilustraciones de Sahagún y los poemas de Enrique Muñiz. El resultado le animó definitivamente a lanzarse a sacar el libro. «La gente preguntaba que dónde esta el libro, que cuándo había ido el poeta a recitar, y al final entre todos me animaron a publicarlo aunque nunca fuera mi intención cuando escribí aquellos poemas.

Como él, los versos han envejecido bien. La edición de ‘Cuaderno no tan joven’ resulta especialmente cuidada, con una portada en la que se puede diferenciar la Peña Valdorria en una ilustración de Javier Sahagún, pues no en vano ese pico recorta el horizonte sentimental del paisaje del autor, el lugar donde ha pasado todos los veranos desde que era un niño y en el que sigue siendo uno de los habituales. «La Vecilla da para mucho», bromea. Obsesionado con los amaneceres, como queda bien claro en su poesía, pero noctámbulo a la hora de escribir, este jubilado que trabajó durante 40 años en Laboratorios Syva sigue dándole a la tecla cuando el día se apaga, aunque ya haya dejado de expresarse en verso y escriba, para él, «reflexiones y pensamientos».
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