10/07/2018
 Actualizado a 13/09/2019
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El asunto de cómo se bautizan las operaciones policiales en España siempre da para unas risas. Desde la Gürtel, traducción en alemán del nombre del principal cabecilla de la trama, hasta la Operación Pitufo, que hacía referencia a la pequeña estatura del jefe de una red de delincuentes, los responsables de la Policía siempre han demostrado el extraordinario sentido del humor con el que se toman sus investigaciones. Las ha habido que fueron nombradas de manera casi obvia, como la Operación Anca, que perseguía a una banda en la que uno de sus integrantes recibía el mote de ‘el Rana’, otras cuya denominación reflejaba la extraordinaria complejidad de las pesquisas, como la Operación Puzle; y por supuesto las que se nombraban con un apelativo que describía el ambiente de barra libre con el que la corrupción parece haberse instalado, como la Operación Guateque.

Ahora nos han regalado una impagable Operación Enredadera y también ha dado para unas risas por estos lares. Risas, eso sí, maliciosas y cabronas, propias de quienes llevan mucho tiempo esperando algo y no ven nunca llegado el momento. Y aunque imagino que los agentes policiales recurrieron a tan vegetal metáfora como fórmula descriptiva de los vericuetos de la trama que investigaban, es que su sugerente apuesta da para mucho más.

No hay más que estudiar alguno de los nombres implicados para convenir que no solamente todos ellos formaban una enredadera venenosa que cubría los muros de nuestras instituciones, resquebrajaba los morteros que unían sus piedras, levantaba tejados y daba paso a la humedad y la intemperie al interior de estancias que solo deberían haber estado ocupadas por la dignidad, la democracia y el servicio público; sino que todos ellos se distinguen por su especial habilidad de enredar.

Porque esos nombres son los de las personas que llevan décadas enredándolo todo, desviando atenciones, postergando soluciones. Los mismos que consiguieron que cuando alguien los criticaba siempre hubiera una flor de la enredadera vociferando: «Ya están estos enredando».
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