Enredadera política

Las consecuencias de la OperaciónEnredadera en varias de nuestras instituciones se han hecho esperar más de lo previsible, y llama la atención la falta de iniciativas de las respectivas oposiciones en algunos ayuntamientos que están siendo investigados

25/08/2018
 Actualizado a 08/09/2019
Las consecuencias políticas de la OperaciónEnredadera se han hecho esperar. Eran previsibles, pues como en todas las circunstancias de la vida en general y de la política en particular todo el mundo trata de arrimar el ascua a su sardina, independientemente del tema del que se trata y de los valores éticos, con sus correspondientes contradicciones, de cada cual. Lo cierto es que las consecuencias políticas de la Operación Enredadera se han hecho esperar más de lo que era previsible por un motivo muy evidente: nadie quería dar un paso hasta saber si, de una forma u otra, iba a estar también ‘enredado’. La confusión generada por la operación policial, agravada por la mayor confusión generada por algunos medios de comunicación que han actuado sin la responsabilidad que se le debe exigir a todo periodista, han hecho que muchos hayan tomado todas las precauciones antes de tomar cualquier tipo de iniciativa. Quizá sea precisamente eso lo más grave de todo este caso: el hecho de que responsables de prácticamente todos los partidos hayan temido haber cometido en el pasado algún delito o, cuando menos, alguna acción de dudosa ética. Tras el pleno de León en el que Antonio Silván dio explicaciones por su aparición en el sumario, ahora llega la petición de otro pleno similar en Ponferrada y una moción de censura en Villaquilambre. La respuesta a por qué llegan tan tarde esta iniciativas se ha pretendido dar en estas líneas, pero ahora queda la pregunta de por qué no se están llevando a cabo acciones de este tipo en otros de los ayuntamientos en los que la trama Enredadera actuó o intentó actuar, en los que se produjeron detenciones, dimisiones o que están siendo investigados.
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