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Enemigos de la sabiduría

19/04/2022
 Actualizado a 19/04/2022
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Esta columna bien podría haberse titulado ‘Ignorantes’. Viene a propósito de quienes pretenden que los estudiantes no sepan filosofía, pues etimológicamente filósofo significa lo contrario: «amigo de la sabiduría». Fue precisamente uno de los pueblos más sabios de la antigüedad y al que tanto debemos, la Grecia clásica, el que dio un gran impulso a la filosofía, sobre todo con las tres grandes figuras de Sócrates, Platón y Aristóteles. Y para ello han empleado un instrumento fundamental: la razón. Está claro que nuestros actuales gobernantes quieren que nuestros estudiantes no aprendan a razonar. Así los podrán manipular mejor.

De ahí que de las diferentes ramas de la filosofía la primera víctima será la Lógica. En segundo lugar está herida de muerte a la Metafísica, que es la que estudia al ser en cuanto ser (La Ontología) y el origen del ser (La Teodicea). Nada tiene de extraño en esta cultura nihilista, que se centra en la nada. Tampoco sorprende la plaga del ateísmo, pues desde la razón también se puede llegar a Dios. Pero no sufre menos la Epistemología o Teoría del Conocimiento, ya que tampoco interesa la verdad en esta cultura relativista.

Por supuesto que no hay lugar para una sana Antropología, esto es, el estudio del hombre, pasando éste a ser más bien objeto de la Zoología. Ciertamente la gran crisis actual se debe a no tener un concepto claro y serio de lo que es el hombre, incluido su componente espiritual. Así la vida humana no vale un duro. Tampoco se tiene clara la razón del ser y el origen y finalidad del universo, tema propio de la Cosmología. Con estas bases, o mejor dicho con esta falta de bases, no es extraño que la Ética ande por los suelos.

Claro que la filosofía también puede degenerar. Nadie puede negar que a partir de Descartes se acentúa el subjetivismo y, pasando por Kant y llegando a Hegel, nos encontramos con el idealismo absoluto. Extremismo que dio lugar a otros extremos como el materialismo de Feuerbach tan exitosamente divulgado por el marxismo. O al nihilismo y vacío desesperante de Nietzsche. Todo esto ha sido un camino seguro para elateísmo. No sorprende que la filosofía haya degenerado hasta convertirse en un canto a la nada y a la angustia de existencialistas como Sartre.

Lamentamos, pues, queno se valore la filosofía, pero también que a veces se haya convertido en simple ideología que en nada beneficia al ser humano ni le ayude a encontrar, desde la razón, la verdad y el sentido de la vida.
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