Vive Mauri en una dicotomía eterna. Encuentra muchas veces sus mejores fotos en lugares que en muchos casos no visitaría si no fuera por trabajo.
No es muy de sacristía pero en ellas ha encontrado imágenes que le han llenado el ojo y algunas que ni siquiera se ha atrevido a publicar.
No es muy de toros, más bien nada, y después de la feria de San Juan y algunas otras corridas por la provincia regresa feliz pues, reconoce, «te tengo últimas para una semana».
Tiene sus más y sus menos con las cofradías, con los papones, con las bandas... pero en Semana Santa posa la cámara cuando ya ha pasado el último paso y está con ella al amanecer esperando que salga el primero de la siguiente jornada.
No será, decíamos, muy de sacristía pero ¿podrá encontrar en algún otro rincón una imagen como la que hoy trae al rincón? Como en los toros, ¿habrá otro lugar con más imágenes, ritos o vestimentas llamativas que mientras un coro espera para cantar en latín y en gregoriano en un lugar ya de por sí espectacular, el monasterio de Sandoval, que ya le ha llenado este rincón en otras muchas ocasiones.
No sé si será el momento de pedirle que se haga de sacristía, taurino furibundo y hasta de misa diaria. Mejor lo dejamos así a cambio de que nos siga regalando las fotos que arranca en territorio comanche.
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