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En septiembre, al lío

01/08/2021
 Actualizado a 01/08/2021
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Agosto suele ser un mes político calmado. Con poca chicha. Amable y vacacional. Quien más y quien menos ahueca el ala, desaparece del escenario habitual y, salvo catástrofe, adiós, muy buenas. Y hasta mediados de septiembre. Se toma al pie de la letra. Agosto es como las vacas sagradas. Intocable.

En León, luego del cruce de declaraciones, hace unas fechas, entre Javier Santiago Vélez, el novísimo presidente del PP, y Javier Alfonso Cendón, el joven armador del PSOE, sobre cuál de las dos organizaciones es la culpable de la dramática situación por la que atraviesa el territorio, no se prevé una palabra más alta que otra. Lo grueso vendrá a continuación, dentro de unas semanas, cuando la morenez sea el reflejo del descanso agosteño.

No obstante, tanto a uno como a otro les queda por subir la etapa reina. Al primero, a Vélez, porque ajustar el partido con mano de hierro y sin guante sedoso le será obligado. Ni cantos de sirena, ni gaitas gallegas. Ni leches bercianas. Y, si preciso fuera, que repiquetee el puño sobre la mesa, hasta que el tablero cruja. Le toca rearmar y fortalecer el andamiaje, si quiere alcanzar con garantías el tejado de las próximas elecciones. Que están a tiro de honda. Y ahí sí que deberá hilar muy fino. Quizá le sobren nombres, pero la cantidad no va unida con la calidad. Y al segundo, porque se le viene encima el congreso provincial decembrino, con los consiguientes problemas que arrastra el socialismo leonés. Cendón niega la mayor, la existencia de confrontación entre sus huestes. Y lo remarca. Está en su papel. Sin embargo, las heridas siguen abiertas.

Y es más. Los próximos comicios no serán un paseo militar. Para nadie. Y menos para el PSOE. Las cosas, a día de hoy, se alejan de lo lineal en su sede de la calle 19 de octubre. Sin ir muy lejos, la alcaldía de Ponferrada ya no es el arroz con leche de 2019. Pintan bastos–y bien gordos– después de los charcos en que se ha metido su regidor mayor. Y en el caso de León porque, políticamente, es absurdo el pretendido pulso, que Cendón quiere ganar a José Antonio Diez. Y si los socialistas no quieren ver que el alcalde se ha transmutado en un hueso duro de roer, es que están ciegos. En el ‘nuevo’ PP ya han tomado nota de ese fortalecimiento.

Por cierto, que a la ‘derechita’ española le falta un hervor. No calibra la intensidad del fuego. Se la sopla. Que sin necesidad alguna se meta en jardines –como ha ocurrido en Ceuta–, es como atarse una piedra al cuello y tirarse el río. Ahora, que los sondeos –los serios, no los de Tezanos– la sitúan al alza en cuanto a intención de voto, se lía a palos con Vox por culpa de una falta de sentido común inexplicable. Y pólvora para el enemigo. Un desatino.
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