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¿En qué país estamos?

19/01/2021
 Actualizado a 19/01/2021
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Ahora que ha quedado plenamente establecido que, pese a lo que se dijo y esperábamos, la pandemia no ha sacado lo mejor del género humano, nos toca convivir con manifestaciones alarmantes de lo peor que las personas guardan en su interior. Todos hemos oído en alguna ocasión esa sentencia que afirma que el carácter de las personas se revela de verdad únicamente en los malos momentos. Y algunos se empeñan en demostrarlo.

Y es que al lado de manifestaciones de un carácter solidario, participativo, respetuoso con las ideas y con las condiciones sociales, culturales y personales de los demás, que han iluminado estos tiempos sombríos y tristes, también se han revelado, con sus propias expresiones, caracteres peligrosos para la convivencia social, para la paz y para la libertad.

Formas de ser y de pensar a las que la salud de las personas les importa un comino y que cada vuelta del sendero por el que caminamos nuestra existencia en común es una oportunidad para sacar ventaja partidista, manipular y engañar, y conseguir en suma imponer su voluntad por el encima de las necesidades del conjunto de personas que conforman la sociedad.

En ocasiones trivializamos estas conductas y nos quedamos en el infantilismo egoísta que representan, como si sus comportamientos fueron tan intrascendentes como la rabieta de un niño, que acaba tras lloros y gritos, agotado y dormido en los brazos de su padre o de su madre. Pero no es así.

Y viene esto a cuento porque en esta ocasión la rabieta ha traspasado todos los límites. Comprendo la necesidad de algunos de oponerse en todo a lo que haga un Gobierno que no consideran representativo de sus propias ideas, pero llegar al punto de, al más puro estilo ‘Barrio Sésamo’ llegar a retorcer el contenido de una norma legal declarando que puede ser interpretable a conveniencia la restricción de derechos fundamentales, es directamente colocarse al otro lado del ancho río que marca las fronteras de ese país que debería ser el único y común de todo el género humano y que se llama Democracia.
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