"En mi caso el boca a oreja ha hecho mucho, la verdad"

‘Réquiem por Irina’, del autor lacianiego Javier Pérez, es un sorprendente caso de éxito editorial con cerca de 600 ejemplares vendidos en apenas dos semanas de una primera novela. Un éxito que se asienta en las dotes literarias de este minero prejubilado y en su hábil manejo de las redes sociales

Joaquín Revuelta
10/05/2023
 Actualizado a 10/05/2023
El autor lacianiego Javier Pérez Fernández firmando ejemplares de su primera novela ‘Réquiem por Irina’ que ha cosechado un gran éxito de ventas.
El autor lacianiego Javier Pérez Fernández firmando ejemplares de su primera novela ‘Réquiem por Irina’ que ha cosechado un gran éxito de ventas.
En el cada vez más complicado mundo editorial no es frecuente que una primera novela de un autor primerizo, como es el caso de ‘Réquiem por Irina’ (Círculo Rojo) del lacianiego Javier Pérez Fernández, haya logrado vender cerca de 600 ejemplares en apenas dos semanas. Un motivo de satisfacción para alguien que desarrolló su actividad profesional en el ámbito de la minería, que cuenta con una larga tradición de mineros en su familia, desde su abuelo hasta su padre o hermano, pero cuya novela no se ambienta en este mundo hoy desaparecido sino en un conflicto bélico de la Europa del Este que el autor no ha querido explicitar. «Pienso que una de las claves de que ‘Réquiem por Irina’ haya conectado tan  bien con la gente es que no he hecho la presentación de la novela de una manera tradicional. Yo tengo muchos seguidores por Instagram y lo que he ido haciendo cuando ya tenía el manuscrito acabado era mandar capítulos de forma aleatoria a gente lector. Y esa propia gente fue la que me impulsó a publicar el libro. Y entonces me encontré que el día que publiqué el libro, que había cogido 350 libros físicos para mí, que previamente había negociado con la editorial a un precio algo más asequible, ese día ya los había vendido todos», destaca el autor.

Javier Pérez recuerda que antes de lanzarse a esta fórmula que ha resultado muy efectiva probó a mandar el manuscrito de ‘Réquiem por  Irina’ a varias editoriales, mostrándose algunas de ellas interesadas en la novela. «Esas editoriales pequeñas ya me indicaron que el libro estaba muy bien y que les interesaría publicarlo. Lo que pasa es que veía varias cosas que no me convencían, como el hecho de que la distribución solo la hacían a través de su página web, no tenían formato e-book y no podía venderse en Amazon. Todos esos inconvenientes me tiraron para atrás y opté por la fórmula que antes te comenté», reconoce un autor que no responde al patrón del escritor que en su primera novela se decanta por contar sus propias experiencias vitales. La pregunta se impone. ¿Hay algo del pasado minero de Javier Pérez en ‘Réquiem por Irina’? «Sí hay ciertos pasajes en algunos párrafos que los he rescatado de mi infancia. Hay situaciones de algún personaje de la trama principal que los he rescatado del pasado porque al final son vivencias, son emociones que sabes que siempre trasladas a la novela. Los libros siempre tienen algo de los autores», sostiene el escritor lacianiego que desde hace algún tiempo reside en León y se muestra muy satisfecho de algunos mensajes que le hacen llegar sus lectores en el sentido de que consiguen empatizar fácilmente con los personajes de la novela y que las situaciones están tan bien descritas que al lector le ha resultado sencillo vivirlas en primera persona. «Esto me lleva a pensar que el boca a oreja ha hecho mucho, la verdad».

En la breve sinopsis de la novela no se nombra el país que es escenario del conflicto bélico que va a condicionar el futuro de la niña protagonista de ‘Réquiem por Irina’. «Ni está claro el periodo en el que se desarrolla la trama ni tampoco el marco geográfico, pero a nadie se le escapa que este conflicto puede encajar perfectamente en países como Ucrania y Rusia. Ya sabes que la gente también es muy susceptible y nombrar a los países directamente siempre puede herir sensibilidades. Pero cualquier lector inteligente sabrá ubicar la acción de la novela».

Javier Pérez reconoce que a la hora de adoptar el punto de vista de una niña de ocho años como hilo conductor de la trama le ha ayudado mucho la paternidad. «Ser padre te ayuda de alguna manera a ver lo que sienten los niños, cuáles son sus emociones y sus miedos, cómo sus mascotas o sus juguetes son amigos que actúan también como confidentes. En este aspecto me ha ayudado mucho ser padre y otra cosa que me ha ayudado también es tener imaginación. Algo que siempre cuento es que cuando abrió la primera biblioteca en Villablino había una señora muy amable detrás del mostrador a la que tenía aburrida porque leía tanto que llegó un momento en que me dio permiso para entrar en cuarto donde se guardaban los pocos libros que entonces había y coger aquellos que me interesaran. Siempre he sido un lector bastante voraz», reconoce Pérez Fernández, que justifica su ausencia en la Feria del Libro que se celebra actualmente en la capital leonesa por el hecho de ser un autor novel que no está arropado por una editorial capaz de colocar la publicación en las principales librerías. «Mi libro también se puede adquirir en librerías, pero siempre bajo demanda. La verdad es que vender libros no es tarea fácil. De ahí mi sorpresa por el éxito de ventas que está teniendo la novela. Hablando con algunos compañeros tuyos me dicen que he logrado vender más libros que algunos autores  consagrados», destaca el lacianiego, que antes de probar fortuna con la novela adquirió cierta experiencia como autor de relatos breves, que reconoce es un buen campo de entrenamiento para un escritor y que además puede ser el origen de una futura novela. «De hecho este libro surge de un relato breve que había enviado a un concurso. Llegué a empatizar con la niña y el peluche, que adquiere un gran protagonismo dentro de la historia hasta el punto de que hay lectores que me comentan que tiene algún poder especial, aunque también hay otros que consideran que en realidad solo está en la imaginación de la pequeña», declara este ferviente admirador de Stephen King. «También me gusta la novela negra y de León mi paisano Luis Mateo Díez y Julio Llamazares».
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