En Madrid aprenden revoco y a encalar con el leonés Luis Prieto

Madrid acoge ahora mismo (hasta octubre) en CentroCentro la exposición Arquitectura Atemporal, con la finalidad de «promover el conocimiento de las técnicas tradicionales de construcción y de los maestros que aún las conservan y ponen en práctica». Una de las figuras destacadas de la misma es un leonés, Luis Prieto, que ha ofrecido dentro de las actividades paralelas un taller —que tuvo que colgar el «no hay billetes»— sobre «Aprender a encalar», una técnica en la que es un referente nacional como lo prueba, por el ejemplo, conocer algunas de las restauraciones que ha realizado: Congreso de los Diputados, el Museo del Romanticismo, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, y el Convento de las Comendadoras de Santiago en Madrid o el Palacio del Marqués de Dos Aguas de Valencia, por citar unas pocas, son muchas más las que ha abordado este artesano nacido en León en 1960 y que se ha formado en Madrid, Bruselas, Francia... y ha realizado numerosos viajes de estudio y trabajo de los que se ha empapado de las tradiciones artesanales de Portugal, Marruecos, Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Italia, Cuba, Brasil, India, Israel... contando también un curso de restauración en ladrillo en una de las cunas de este material, Sahagún.

No es la primera irrupción pública de este artesano, que es un referente en su trabajo, y en 2019 ganó en el apartado de acabados en construcción tradicional de los premios de las Artes que concede el filántropo Richard H. Driehaus.

Explica Luis Prieto que su especialidad es «la elaboración de estucos de yeso artesanales y revestimientos tradicionales en cal grasa de horno de leña para fachadas y paredes interiores con especial énfasis en la decoración». Y habla también la filosofía que aplica en su trabajo: «Una de las cosas que persigo, que fundamentalmente es casi el eje central de mi trabajo, es volver a recuperar, por lo menos en los cascos históricos de las ciudades, los colores con los cuales se pintaron esos edificios, sobre todo a nivel popular»; en definitiva, «trabajo a la manera tradicional, con las técnicas de toda la vida, pero con un marcado carácter ecológico; es decir, rehuyo todas las tecnologías que vienen  sobrecargadas de petróleo u otras materias similares en este tipo de acabados».

Explica el artesano leonés que lleva años afincado en la capital de España e, incluso, a que le visiten. «Mi taller lo tengo en el barrio de La Latina de Madrid y está a plantacalle, e invito a cualquiera que pase por allí, por la calle San Pedro, que entre a verlo, que le explicaré lo que allí se hace y lo que más llama la atención, los colores, que casi nadie sabe de dónde vienen y de qué materia se constituyen».  

En esa ‘fascinación’ por los colores están muy presentes sus raíces leonesas, ya que Luis Prieto ha llevado a su oficio actual la experiencia familiar. Su abuelo, Amador Prieto, regentaba en la capital la Droguería Prieto León, «donde se elaboraban pinturas y todo tipo de productos de química popular» y su padre, Agustín, fue pintor en su taller de pintura Agustín Prieto, al que popularmente conocían en la ciudad por ‘El botas’.

Excelente genética leonesa para un artesano imprescindible.