En todo caso, el cambio de signo en la provincia es evidente. Con más del 97% escrutado, el PP había perdido uno de sus dos diputados por León. Los de Casado se han dejado 46.308 votos por el camino respecto a junio de 2016, sufragios que parecen habérselos repartido entre Ciudadanos y Vox. Los de Albert Rivera han pasado de 35.870 hace poco menos de tres años a 49.340, y se meten en el Congreso por León. Justo Fernández recoge el acta de diputado que pierde Ana Marcello por Unidos Podemos.
Aunque cabría pensar que los once puntos que ha subido la participación haya sido fruto de la movilización del nuevo partido que ha entrado en escena y que ha pasado de 620 votos en la provincia de León en junio de 2016 a los 32.636 que recogieron ayer en las urnas, en realidad la suma de lo que ganan Vox y Ciudadanos juntos (45.486) son todavía menos de los que ha perdido el PP.
Ala izquierda del espectro político, los 15.483 que Unidas Podemos ha perdido (de 49.484 en junio de 2016 a 34.001 este 28-A) habrían ido a parar al partido de Pedro Sánchez, que ha pasado de 73.681 a 92.521. El PSOE se ha llevado esos (los 15.483 de los de Iglesias) y los de la movilización, pues en total gana en la provincia más de 1.800 votos. Parece que en León caló el mensaje de movilización del partido de la rosa y muchos de sus exacólitos regresaron con su voto, quien sabe si por el mensaje del miedo o pensando en ese voto útil que tanto ha predicado esta campaña el PP sin éxito, a la vista de los resultados.
La soleada jornada que vivió este domingo la provincia de León animó a los leoneses a ejercer su derecho al voto y la participación superó en once puntos porcentuales la de hace tres años que, por otra parte, marcó un hito por baja.
Las encuesta no andaban muy desencaminadas en lo que se refería a la provincia leonesa, el PSOE ganó como se había anunciado y Ciudadanos entró en el reparto de escaños al Congreso, aunque el que se le había augurado en varias encuestasa Vox finalmente no se materializaba.