En la mina

01/11/2018
 Actualizado a 19/09/2019
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Como en años anteriores el Ayuntamiento de Fabero me ha invitado un fin de semana en el que he ocupado uno de los apartamentos que han reformado, que anteriormente eran el hogar de mineros. Una experiencia que cada año que pasa la vivo con más intensidad, en la que ya he conocido dos tipos de casas, su tamaño, sus características y la historia que impregna cada uno de los rincones de lo que en su día fue el hogar de los trabajadores, que literalmente, se jugaban la vida todos los días. Del Poblado Diego Pérez al que en otras ocasiones habité, al Pozo Julia en el que he estado este año y que se haya en la misma entrada de la mina, que cuenta las dificultades por las que pasaban los mineros, añadiendo que es un espacio de treinta metros cuadrados, vivían familias entre cinco y nueve miembros, con tan solo un cuarto de baño y sin prácticamente espacio para moverse. En ese momento la imaginación comienza a volar y vislumbras la llegada después de horas de trabajo bajo tierra, la suciedad y el cansancio, la llegada a casa. La mina es una gran parte de la historia de León y Fabero sabe cuidar la memoria de lo que fue antaño, una población muy próspera que atraía a las gentes de dentro y fuera de la comarca y que ahora palidece con las nuevas medidas y políticas del carbón, dejando morir conscientemente este tipo de regiones, donde la mina es el único sustento de muchas familias. En Fabero se ha acabado la mina, pero tiene mucho potencial turístico que no se debería dejar perder, un lugar con mucho encanto, linda con el Valle de Ancares, donde habita el urogallo y donde aún se conservan las pallozas. Un estupendo lugar para pasar unos días en plena naturaleza, conocer a sus gentes, disfrutar de la gastronomía local y lugar para renovar nuestras energías. El turismo rural es una buena fuente de economía para la región y Fabero tiene todo lo necesario para convertirse en un emplazamiento de referencia dentro de este circuito, que a tanta gente mueve todos los años y gracias al Gobierno Municipal y al equipo de Begoña Ramón, Concejala de Desarrollo Local y Turismo, están consiguiendo que la población se adapte a los nuevos tiempos, recuperando la majestuosidad del lugar, donde la mina sigue siendo la mayor protagonista. Si hay algo que destaca en León, son sus poblaciones, esparcidas a lo largo y ancho de la provincia, que no debemos dejar de visitar y promocionar, una excelente alternativa que seguro activaría la economía local y la ¡protección de nuestra cultura!
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