"En la época del violador del chándal éramos las culpables"

Desde Adavas brindan asistencia psicológica y jurídica gratuita a las leonesas que han sido víctimas de agresiones machistas

Noemí Carpintero
13/07/2020
 Actualizado a 13/07/2020
Talleres de igualdad celebrados en el Colegio de Educación Infantil y Primaria Quevedo durante el pasado curso. | L.N.C.
Talleres de igualdad celebrados en el Colegio de Educación Infantil y Primaria Quevedo durante el pasado curso. | L.N.C.
Andar sola por la calle, a altas horas de la noche y por lugares poco concurridos o mal iluminados es uno de los mayores miedos de las mujeres independientemente de su edad. Y no es para menos, ya que según la Organización Mundial de la Salud el 35 por ciento de la población femenina ha sufrido a lo largo de su vida algún tipo de agresión física o sexual, tanto por parte de su pareja o expareja sentimental, como por otros hombres.

Asistencia a Víctimas de Violencia Sexual y Malos Tratos
(Adavas) es una ONG formada por profesionales y personas voluntarias que ofrece información y asistencia psicológica y jurídica gratuitas a víctimas de violencia sexual o malos tratos en la provincia. La presidenta de la asociación, Carmen Carlón, explica que las agresiones sexuales a menores o adolescentes suelen provenir de familiares o amigos cercanos, mientras que en el caso de mujeres adultas abundan más los casos de asalto, en los que el agresor es desconocido para la víctima.

Adavas tuvo su origen en los años 90, cuando la Asociación Leonesa de Mujeres Flora Tristán crea la Asociación de Asistencia a Mujeres Violadas de Castilla y León (actual Adavas), a raíz de las numerosas agresiones producidas por el conocido como "violador del chándal" a finales de los 80 y principios de los 90. Además de solas y carentes de ayuda física, jurídica y psicológica, se encontraban viviendo en una sociedad que parecía culpabilizarlas a ellas por lo sucedido.

En 1993 la asociación cuenta con una subvención para alquilar un local y contratar a los primeros profesionales y, cuatro años después, cambia su nombre al actual: Asociación de Ayuda a Víctimas de Agresiones Sexuales. A partir del año 2001 comienzan a ayudar también a las mujeres víctimas de violencia de género por parejas o exparejas, ampliando su actividad en un campo demandante de ayuda. Adavas no ha dejado nunca de ayudar a las mujeres y niñas que lo necesitasen, acompañándolas en su recuperación física y psicológica y en los trámites judiciales necesarios para hacer efectivas las denuncias.

Además de la asistencia a las víctimas desde el primer momento, las voluntarias de la Asociación también llevan a cabo labores de sensibilización de la ciudadanía, prevención de la violencia de género y formación en centros educativos, impartiendo charlas desde primaria hasta los institutos. "Incidimos en hacerles ver qué es la violencia y la igualdad de género, recordándoles que seguimos viviendo en una sociedad patriarcal. Ya no vale hacer chistes que denigren a la mujer y los jóvenes tienen que saber diferenciar el amor de situaciones de maltrato", explica Carlón.

A día de hoy son más de 40 los voluntarios, en su mayoría mujeres, que colaboran con la asociación, apoyándoles en sus actos o económicamente mediante el pago de una cuota. A su vez, cuentan con seis profesionales, entre ellos dos abogados, dos psicólogas, una coordinadora y una educadora, que brindan asistencia jurídica y psicológica a las víctimas, colaborando en los talleres de formación y prevención.

Carlón remarca que, aunque tristemente los casos de malos tratos no disminuyen, la conciencia de la población ha cambiado con los años: «En la época del violador del chándal nosotras éramos las culpables, pero creo que la conciencia ha cambiado, al igual que la labor de la administración, ya que ahora hay más ayuda y apoyo a estas mujeres», y advierte del peligro de la burundanga, una droga que provoca alucinaciones y total sumisión en las víctimas.

El procedimiento a la hora de brindar ayuda a una mujer víctima de una agresión sexual es el siguiente: "Si se trata de un caso reciente acompañamos a la víctima a un centro sanitario para la recogida de muestras, posteriormente a realizar la denuncia y, finalmente, la ofrecemos el apoyo psicológico necesario", explican desde la Asociación. En caso de tratarse de un abuso del pasado priorizan la asistencia psicológica, ya que muchos de los delitos ya han prescrito.

Durante el periodo de confinamiento por la pandemia, las llamadas por casos de violencia de género aumentaron, aunque fueron pocas las mujeres que formalizaron denuncias. "Pensamos que va a producirse un pico de denuncias cuando termine el verano y las mujeres tengan más tiempo, ya que ahora los niños están en casa y ellas esperan para denunciar", explica Carlón, remarcando que Adavas estará ahí para ayudarlas.

Una lucha para lograr la igualdad real entre hombres y mujeres que no cesa con el paso de los años, ya que mientras haya malos tratos y agresiones será necesaria la ayuda y las tareas de prevención ya que, como explica la presidenta de Adavas: "Creemos firmemente que solo a través de una educación en igualdad se hará posible la extinción de estos delitos", a la par que agradece la labor de el resto de Asociaciones de Voluntarios de León: "La unión hace la fuerza y siempre nos hemos ayudado unas a otras".
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