"En la cultura es mucho más fácil encontrar espacio de diálogo"

Luis García Montero ofrece una charla en el ciclo ‘¿Qué Constitución queremos?’, en donde reflexionará sobre las dificultades para reformar la Carta Magna

Sergio Jorge
21/05/2018
 Actualizado a 16/09/2019
El poeta y político granadino Luis García Montero. | ICAL
El poeta y político granadino Luis García Montero. | ICAL
Se muestra pesimista e incluso «desesperanzado» sobre el momento político y social actual. Y así lo expondrá Luis García Montero durante su intervención en el ciclo ‘¿Qué Constitución queremos?’, organizado por CCOO y la Fundación Jesús Pereda, y que este martes traerá al poeta y político granadino a dar una conferencia sobre ‘Cultura y Constitución’ en la Facultad de Filosofía y Letras este martes a partir de las 20 horas. Antes, a las 13:30 horas y también en este mismo emplazamiento, ofrecerá una ‘lectura poética entre vinos’.

Su charla versará sobre la necesidad de "reivindicar la importancia de la Constitución", puesto que se vive «un momento político donde muchas veces los movimientos populares quieren sustituir a las constituciones». García Montero considera que "la primera postura para defender la democracia es legitimar" la Carta Magna, de ahí que considere que el documento que rige los derechos y deberes de todos los españoles debe ser "un espacio en el que se lleguen a acuerdos que organicen la convivencia". Por eso el también crítico literario y ensayista considera que «se puede ir transformando".

"Ahí empiezan los problemas", asume García Montero. Y ahí se inicia su pesimismo sobre la situación española y también sobre la posibilidad de reformar la Constitución española. "Tiene que ser una búsqueda de libertad e igualdad, pero en los tiempos que corren, cualquier cambio me temo que va a ser hacia el neoliberalismo", especifica el poeta granadino, recordando así la modificación que se hizo al final del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para asegurar el pago de la deuda.

La única solución posible a esta tendencia es la cultura para García Montero, puesto que puede funcionar como «un espacio de resistencia, de defensa de valores para sacar lo mejor que hay en el ser humano", algo que "es difícil, pero lo hay". Según explica, hay una tendencia a enfrentar a unos contra otros, por eso la cultura es tan importante, "no para negar parte de la realidad".

Porque una de las cuestiones que invitan al optimismo es que "en el mundo cultural es mucho más fácil encontrar espacios para el diálogo", en el que incluso con ideologías diferentes se puede debatir. Pero también existe "un peligro", el del elitismo, puesto que sería "fácilmente criticable por la población". "Ya hemos visto ejemplos de desprecio a periodistas y autores», afirma.

Por eso incide en que la cultura «tiene que conectar con la gente, porque en ella es posible el diálogo». Y pone como ejemplo los amigos conservadores que tiene, «con los que se habla y se puede ser reflexiva de forma sensata". García Montero apunta por tanto que «el reto es que la cultura no se quede encerrada, sin su capacidad para conectar".

También advierte García Montero de que si antes la cultura solía ser la que "sospechaba del Estado", ahora tiene que dar un paso más y también "proponer para garantizar la democracia". Por eso considera necesario «defender lo público y establecer un compromiso con la historia, para que no se separe de la vida de la gente".

"Es inaceptable que haya una democracia con la monarquía"

"Hay que cambiar muchas cosas". No es una simple forma de hablar, ya que Luis García Montero considera que son muchas cuestiones las que se pueden modificar en la Constitución de 1978. Especifica en primer lugar que «es inaceptable que haya una democracia con un poder monárquico», de ahí que no tenga problemas para reconocerse como republicano. Pero también apunta que es imprescindible crear una nueva la ley electoral, "porque es injusto que por ejemplo cinco o seis votos en Barcelona sean igual a uno de Girona, o los 1,5 millones de votos de Izquierda Unida valgan menos que 200.000 del PNV". A ello se unen las «desigualdades» entre territorios, desde las diferencias económicas entre comunidades como País Vasco y Navarra con el resto hasta el problema catalán, que tantos enfrentamientos está provocando en la sociedad española.

"Buena parte de la desesperanza que tengo en la política tiene que ver con Cataluña", reconoce García Montero. Y es que hasta el estallido separatista, el que fuera cabeza de lista de IU en la comunidad de Madrid creía que «la vertebración territorial era posible». Y eso que "empezó Mariano Rajoy, que para criticar a Zapatero llevó el Estatut al Tribunal Constitucional, y para caer simpático a otros votantes empezó a atacar a Cataluña".

Todo esto ocurre a la vez que "se desmantela la sanidad y la educación", con "Albert Rivera en la extrema derecha en el asunto de Cataluña y Quim Torra como un verdadero racista cercano a lo que hay en Italia y Suiza, y también a Trump".

García Montero suma más preocupaciones al estado actual de la sociedad española, como esa «lucha de banderas» en la que tanto en Cataluña como en el resto del país una parte se siente dueña de ella. "Ahora se repiten consignas sin reflexionar, y tal y como está la educación no soy optimista", agrega García Montero, quien recuerda que los presupuestos acordados por PP, Ciudadanos y PNV suponen que «por primera vez la inversión en educación baja del 4 %, por debajo de la media europea y de los países a los que de verdad les importa". "Y encima una buena parte de este dinero es para apoyar a instituciones y colegios privados, por lo que se desvía a la defensa de lo privado, en vez de promover que los estudiantes sean dueños de sus reflexiones, ya que lo que se quiere es crear una mano de obra para el mercado y que sea sumisa", detalla.

En este contexto, no es de extrañar que García Montero considere que se está "mercantilizando el tiempo", a la vez que se "rompe el diálogo generacional entre padres e hijos".
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