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En busca del cargo perdido

22/09/2019
 Actualizado a 22/09/2019
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Concluyó la verbena de la Delegación Territorial de la Junta. Consumatum est. Se acabó. El que perdió hasta la camisa alcanzó el objetivo. Se recolocó. Juan Martínez Majo, que el fin de semana anterior a su toma de posesión como delegado, el último miércoles, pululaba por la turística Benidorm –¿sería para broncearse y aflojar responsabilidades?– ya está bendecido. Respira tranquilo. Su antecesor en el cargo, Guillermo García Martín –una persona trabajadora y con carácter– le ha dejado el listón muy alto y muy terso. Durante ocho años ha sido un excelente gestor. En el llamado edificio múltiple de la avenida de Peregrinos deja su herencia. Su impronta. Firmada y lacrada. Majo, chinchineado por la patilla gracias a su nuevo padrino, el amo Mañueco, tendrá que afanarse en practicar el estilo ‘fosbury’.

Por cierto, sacramentado como está en ministro provincial de Castilla y León, se desayuna, ahora, con hallar la fórmula del fierabrás y acabar, de un plumazo, con las competencias impropias de la Diputación. Las que sean. Se las quiere endosar al amo y sus mesnadas. ¡Coño, pero si estuvo durante cuatro años de presidente en el Palacio de los Guzmanes! ¿Qué hizo durante cuarenta y ocho meses? Ay, ay Juanito. A veces el subconsciente…

Y como las elecciones generales vuelven a martirizar a los españoles –que están hasta los perendengues de tanta urna y tanta gaita– los hay que quieren encontrar su ‘sitio’. Supongamos que se habla de Silván. Y supongamos que la Cámara Alta, el Senado, vuelve a estar en el punto de mira del jefe de la oposición municipal. Está en su derecho.

Semanas antes del 28 de abril, fecha en la que se abrieron los colegios electorales –va para cinco meses la broma–, ya estuvo en Madrid, en Génova 13, acompañado del ‘padrino’. Sí, el de la fragua en femenino. Le salió rana. Dicho más suave, le salió mal. Y quiere intentarlo de nuevo. Por el contrario –ahí no se moja– sabe que el Congreso se cotiza muy caro. Es intocable. Posicionado en primera línea y junto al gong se sustancia el nuevo secretario provincial del PP, el polifacético José Miguel González, del que cuentan que intriga un huevo entre cenas y reuniones. ¿Con quién? Las distancias en León son cortas.

Volviendo al Senado y a los datos objetivos, que son fríos. Javier Santiago Vélez, el actual y único senador ‘pepero’ por la provincia, y alcalde, a la vez, de Almanza, obtuvo en la capital leonesa, en las elecciones últimas, 23.700 votos. Un mes después, el 26 de mayo, Silván, que ‘extravió’ la alcaldía esa misma noche, logró 19.100. Paradójico. 4.600 leoneses se decantaron, a mayores, por Santiago Vélez. ¿Hubo ‘truco’? ¿Cuál fue el porqué de la diferencia? Hay quien debería pensarlo.
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