En busca de los científicos del futuro

La cuarta edición de Expociencia reúne a 41 talleres de distintos grupos de investigación de la ULE para acercar las carreras de ciencias a las nuevas generaciones

Clara Nuño
28/02/2023
 Actualizado a 01/03/2023
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Una caja oscura en la que meter la cabeza para poder ver los microorganismos que ayudan a crecer a la planta de la tomatera. Un grupo de limones enlazados con cables para encender una bombilla, muestras de ADN puestas a macerar o un sistema para medir la pisada humana son algunos de los experimentos con los que la cuarta edición de Expociencia pretende acercar las disciplinas científicas a colegios, institutos o el público general.

Inaugurada este martes en el Palacio de Exposiciones y Congresos, reúne 41 expositores de distintos grupos de investigación de la Universidad de León (ULE), y cuenta con la participación de 400 investigadores y 370 voluntarios que atenderán a los visitantes a lo largo de los tres días que dura el evento.

De martes a jueves, en horario de mañana (9:30 a 13:30 horas) se han programado las visitas de los centros educativos que llegarán desde diferentes puntos de la provincia. Por las tardes, de 17:00 a 20:00 horas, Expociencia estará abierta al público en general con entrada gratuita y también se pueden concertar visitas para asociaciones.

“Hacemos pequeños talleres en los cuales les enseñamos pequeñas partes de nuestro trabajo para estimularles y que disfruten con ello”, explica Fernando González, catedrático de ingeniería y ciencias agrarias, en declaraciones a La Nueva Crónica. Así, en su caso, el grupo ‘Iquimab’ trabaja con la economía circular, que consiste en dar otra vida a los residuos, utilizándolos como materia prima para obtener energía y otras materias primas para la producción industrial y agrícola.

El equipo de ‘Biosensores’, por su parte, ha desplegado una miríada de experimentos de química; electroquímica, procesos de oxidación con ácido sulfúrico o aquello de descubrir el mensaje secreto escrito en “tinta invisible” a través de unos reactivos.

“Queremos fomentar las carreras STEM, que son las carreras científicas que tanto necesitamos en la sociedad, que son un poco las más duras, las que la gente no quiere hacer, intentamos meter el gusanillo desde bien pequeños”, bromea Pablo Alonso, investigador de la universidad.

Asimismo, los visitantes también podrán asomarse a las criaturas que habitan el interior de sus cuerpos con un hisopo al que pasar por orejas o bocas. “Les dejamos coger una muestra de donde quieran, la sembramos en una placa y la dejamos incubar durante 24 horas. Al día siguiente pueden venir a ver qué ha pasado con ella”, explica Helena Álvarez Ferrero, también estudiante e investigadora de la ULE, que señala que también tienen muestras de manos o fundas de móvil. “Te sorprendería ver todo lo que se encuentra ahí”, ríe.

En definitiva, quien se acerque a la muestra puede encontrar, entre unos puestos yotros, un sinfín de pruebas para grandes y pequeños que buscan despertar el gusanillo en aquellos que, quizá, algún día se conviertan en los científicos del futuro.
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