"Emprender da miedo, pero hay que echar fuera la idea de que en León no hay nada"

Noelia Rodríguez de Celis seguirá peleando desde la presidencia de Asele por cumplir los objetivos de la asociación y eliminar todo cuanto sigue suponiendo un freno para el desarrollo profesional de las mujeres

Rosa Álvarez
30/10/2022
 Actualizado a 30/10/2022
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Noelia Rodríguez de Celis se estrenó hace un par de meses en la presidencia de una asociación en la que se involucró desde sus inicios, la de Mujeres Empresarias y Directivas de León (Asele). Desde ella asegura que seguirá peleando por cumplir sus objetivos, que resume en esta entrevista, así como por eliminar todo cuanto sigue suponiendo un freno para las mujeres dentro del mundo empresarial.

–El pasado 9 de septiembre asumió la presidencia –en sustitución de Luisa Amoedo– de una asociación, Asele, de la que ya era vicepresidenta y que por lo tanto conoce muy bien. ¿Qué objetivos le gustaría alcanzar desde este nuevo cargo?
–Me gustaría, sobre todo, ayudar a potenciar el talento sin género, que al fin y al cabo es apostar por el hecho de que las mujeres tengan las mismas oportunidades y derechos que los hombres. No queremos que se nos vea como una asociación que discrimina al hombre ni mucho menos, porque consideramos que para conseguir la igualdad todavía queda muchísimo por hacer y si no lo hacemos en conjunto con el hombre es imposible alcanzarla. No somos enemigos, somos complementarios. Lo que pasa es que las mujeres nos enfrentamos a problemas y circunstancias que son nuestros y a los que somos nosotras quienes les tenemos que dar voz. Buscamos también dar visibilidad a la mujer, encontrar referentes para nuestras niñas o jóvenes, para que se vean en carreras o trabajos que tradicionalmente han sido de hombres. Lo que me gustaría, en definitiva, es que cuando mis hijas sean mayores no se tenga que hablar de igualdad, que no haya techos de cristal que romper porque ya estén rotos. Nosotras como asociación, además, formamos parte de la Federación Leonesa de Empresarios (Fele) y también de la Ceoe, Ceoe Castilla y León… y luchamos por esa visibilidad de la mujer y por las empresas dirigidas por mujeres o en las que las mujeres pueden ocupar puestos directivos, de responsabilidad... y el fin es que no se encuentren con frenos.

–Dice que apuestan por potenciar el talento sin género y que le gustaría que hablar de igualdad dejara de ser necesario algún día. Que existan asociaciones como Asele, integradas por mujeres, demuestra que queda trabajo por delante para conseguirlo, que el camino es largo todavía...
–Dentro de la Agenda 2030 uno de los objetivos, el quinto, es la igualdad de género. Se busca que las empresas estén comprometidas con la igualdad y de lo que se trata es de que esas obligaciones normativas –que son necesarias porque si no, no se cumplirían– dejen de verse como obligaciones y se perciban como oportunidades. En la baja maternal, por ejemplo, el hecho de que se le haya reconocido al hombre hace desaparecer una discriminación, porque la mujer perdía oportunidades dentro de la empresa, oportunidades de crecimiento. En la pandemia es muy relevante que alrededor del 70 por ciento de las excedencias que se pidieron en las empresas para el cuidado de las familias fueron de mujeres y, aunque es verdad que fue un momento en el que se paralizó el país, fueron mayoritariamente las mujeres las que dejaron de estar en su trabajo. La mujer sigue siendo la cuidadora, la que está pendiente de los padres, de los hijos... y se habla mucho de conciliación, pero pensamos que aunque la conciliación está muy bien, corres el peligro de que sea la mujer la que acabe conciliando. El término más correcto o el que perseguimos es el de corresponsabilidad, porque cuando existe corresponsabilidad entre el hombre y la mujer es cuando realmente hay un reparto equitativo y eso es por lo que hay que luchar.

–En alguna ocasión ha dicho también que apuesta por la igualdad, pero por la «igualdad con sentido común». ¿Considera que se ha perdido un poco el verdadero objetivo o el sentido de la palabra?
–Lo que me da pena es que se haya identificado igualdad y feminismo con ciertas políticas. Se ha politizado demasiado con estos términos y parece, además, que se identifican con algo malo. Cuando estuve investigando para una exposición que hemos hecho me llamó mucho la atención un documento de 1932 en el que se hablaba de un feminismo inteligente. Hay que recuperar ese feminismo con sentido común porque el feminismo no pertenece a ningún grupo político. Ser feminista es defender la igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres y no tiene ninguna otra connotación. Solo hace falta ir a la RAE para ver que la palabra feminismo no tiene ningún tipo de connotación negativa. Machismo sí que la tiene y hay gente que cree que son similares, pero no. Desde la asociación lo que buscamos es que la gente lo entienda, porque hay mucha desinformación, miedos, prejuicios y buscamos dar información que ocupe esos espacios que ahora mismo están ocupando esos miedos y esos prejuicios.

–Hacía referencia también a esa necesidad de encontrar referentes. Desde Asele han organizado una exposición sobre leonesas pioneras. Algunas marcaron el rumbo hace muchos años, pero no deja de ser sorprendente que a día de hoy siga siendo noticia ser la primera mujer en algo.
–Así es y me gustaría saber hasta cuándo. A día de hoy siguen saliendo noticias de este tipo, pero lo importante no es ser la primera, sino no ser la última. Ser la primera abre un camino, crea referentes, pero lo importante es no quedarse ahí y que detrás de ellas haya más.

–Hablamos de una asociación joven, Asele, que nació en 2019, pero que ha mantenido una línea de trabajo muy activa desde sus inicios. ¿Qué logros destacaría de los alcanzados en este tiempo?
–El primero para mí es que cuando se constituyó la asociación se nos convocó a las personas que íbamos a formar parte de la junta directiva y hubo que mostrarla, presentarnos al público, y esa puesta en escena fue brutal. No esperábamos tantísima afluencia de mujeres empresarias y directivas que quisieran formar parte de la asociación. Desde el principio vimos que había una necesidad imperiosa por juntarnos y uno de los grandes logros es haber conseguido mucha unidad a pesar de la separación física que impuso la pandemia. Conseguimos ser un grupo que se respeta, que aprende del resto y que trata de crear una relación, sinergias, de compartir ideas. También hemos conseguido hacer actos importantes, conseguimos traer a la consejera de Familia en su día para que nos hablara de la situación de la mujer y de las relaciones que podríamos tener nosotras como asociación con la administración y hemos notado ese diálogo, ese acercamiento con la Junta. Conseguimos durante la pandemia mantener esa unión con las ‘Tardes Asele’ en las que nos conectábamos virtualmente y tratábamos de dar charlas que nos pudieran motivar y ayudar a sobrellevar la situación en la que estábamos y también estamos desarrollando más las redes sociales para que se den a conocer las asociadas y pongan en valor lo que les da Asele. Para mí lo fundamental es que Asele participa activamente en la creación de empresas más plurales, más diversas y, por lo tanto, ayuda al desarrollo económico de esta provincia. Nos queda mucho trabajo por hacer, pero cuando hacemos algún acto, alguna presentación, lo hacemos con mucho impacto para que eso cale.

–Destaca ese interés que despertó Asele desde sus inicios. ¿Cómo ha sido la evolución? ¿Se ha mantenido? ¿Ha crecido?
–Ha habido una mejoría. Hemos pasado ya del centenar de asociadas y eso me alegra mucho porque realmente significa que estamos llegando a la gente y, además, lo que he apreciado en este tiempo es que muchas mujeres jóvenes se están sumando a la asociación y eso para nosotras es muy importante.

–Dice que se han sumado muchas mujeres jóvenes. ¿Hay un perfil que destaque sobre el resto?
–Nuestra asociación –junto a la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE)– es una de las que tiene un carácter intersectorial dentro de la Federación Leonesa de Empresarios. Aglutinamos a todo tipo de perfiles profesionales y a titulares de empresas de todos los tamaños y sectores. No hay un perfil mayoritario, tenemos de todo. Representantes del sector tecnológico, de la construcción, del mundo agrícola-ganadero, del sector farmacéutico, hostelería, comercio…

–Desde Asele también colaboran con centros educativos y se dan charlas periódicas. ¿Es la educación el arma más importante para concienciar y para combatir la desigualdad?
–Los niños y niñas tienen que entender que vivimos en una sociedad igualitaria. Soy consciente de que hasta no hace tantos años la mujer todavía necesitaba autorización para abrir una cuenta bancaria, para poder trabajar... La mujer se incorporó mucho más tarde al trabajo. Hasta principios de los 80 no logró tener una independencia plena y había también unas creencias bastante limitantes y cuesta cambiar esa mentalidad, pero si a los niños les hablamos con normalidad de que las mujeres pueden hacer lo mismo que los hombres, eso se va a ver como lo normal.

–Se han dado pasos muy importantes en este sentido, aunque también hay quien avisa de que se está produciendo un pequeño retroceso en los últimos tiempos. ¿Está de acuerdo?
–Sí. Más que en los niños, en los jóvenes. Se ha dado un paso atrás y yo, y es una opinión personal, creo que tiene mucho que ver con el tema de las redes sociales, los youtubers, influencers... o determinados géneros musicales que transmiten un mensaje terrible para la mujer y eso está ahí. Yo tengo dos hijas y lo único que puedo hacer es decirles que no se queden con eso, porque si no el camino va a ser muy difícil. Se ha visto un retroceso y nos preocupa. Por eso, estamos desarrollando un proyecto que vamos a enfocar desde antes, desde cuarto o quinto de primaria porque consideramos que si dejamos esa semillita ahí, puede llegar a hacer algo. La idea es que sea, además, un programa dinámico, que ellos lo puedan ver, palpar. No podemos limitarnos a contarles «yo soy esto o yo hice esto», porque si no, no llegamos. Hemos creado una comisión potente de formación con experiencia en formación infantil para llevar la igualdad a las bases, que es también uno de los objetivos de la asociación.

–La formación se promueve también desde dentro, para el impulso profesional de las asociadas.
–Una vez superada la pandemia teníamos ganas de vernos, de juntarnos, y lo que hemos establecido son unos desayunos informativos mensuales en los que además de ponernos cara entre las nuevas asociadas y tomarnos un café juntas, siempre llevamos un tema de interés, de actualidad, para estar informadas no como mujeres, sino como empresarias. Este mes pasado estuvimos hablando del kit digital, de las ayudas para digitalizar nuestras empresas, y el mes que viene vamos a acercarnos al sector primario. El 15 de octubre fue el Día Internacional de la Mujer Rural y León es una provincia con un ámbito rural muy importante. Tenemos que conocer también lo que se hace a lo largo y ancho de la provincia y hay proyectos muy buenos. León es una provincia muy afectada por la despoblación y la mujer es clave para fijar población. Para emprender en el ámbito rural, en los pueblos, las administraciones tienen que facilitar que existan servicios básicos y dar facilidades para la creación de empresas, pero tenemos la creencia de que en León no hay nada y no es así. En León hay mucho talento y desde Asele queremos ser un vehículo para descubrir ese talento y potenciarlo.

–¿Rechaza entonces la creencia de que emprender siga siendo una asignatura pendiente en León?
–No lo es tanto. Según el último informe GEM del Observatorio de Emprendimiento en España, las mujeres han emprendido en Castilla y León en un porcentaje superior al nacional. No sé el dato en León, pero no es malo, aunque siempre hay margen de mejora. En el ámbito rural, por ejemplo, en titularidad compartida de explotaciones agrarias hasta no hace tanto el titular solamente era el hombre. La mujer aparecía como ayuda familiar sin cotización y sin derecho a nada. La ley que crea la titularidad compartida es de 2012 y eso no significa que antes no hubiera mujeres que fueran titulares, sino que había explotaciones en las que la mujer era invisible y esta ley de hace dos días la ha visibilizado. Para el emprendimiento sí que falta inversión. La mujer, para la creación de startups, tiene más dificultades para encontrar financiación o inversores y hace falta que te faciliten el poder crear un negocio. Eso se lo hemos trasladado siempre a la administración, porque la parte burocrática sigue siendo un infierno y muchas veces se desiste, pero aunque queda camino por recorrer –y tengo que destacar aquí la labor que hace la Asociación de Jóvenes Empresarios– se está quitando el miedo a emprender. En León hay mucha tendencia a ser funcionario y el emprendimiento da miedo, pero somos una provincia en la que somos muy resilientes, no nos queda otra tampoco, y yo creo que sí se notan esas ganas y el amor por nuestra tierra y tenemos que echar fuera la idea de que en León no hay nada.

–Muchas empresas se quejan también de la falta de perfiles profesionales que les permitan ampliar sus plantillas.
–Así es. A veces cuesta encontrar algunos perfiles, pero a diferentes niveles. Más técnicos, de formación profesional... Es un problema generalizado y nosotras estamos intentando mediante convenios de colaboración también con la Universidad de León (ULE) dar a conocer las oportunidades que hay aquí. Aquí falta de talento no hay. Ese no es el problema, aunque quizá sí que nos valoramos poco y eso es algo que nos pasa mucho a las mujeres. Hay estudios que demuestran que cuando hay una oportunidad de trabajo y unos requisitos para ocupar un puesto determinado, el hombre con cumplir el 40% se presenta sin dudarlo y la mujer tiene que cumplir mínimo el 90% y aún así se lo piensa.
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