Emprender con esencia leonesa

Paula González es el nombre que está detrás de la marca The Singular Olivia. Siguiendo las fórmulas de su padre ha dado en la clave para elaborar jabones artesanales cargados de esencias naturales y de sus años en León

T. Giganto
22/10/2017
 Actualizado a 19/09/2019
Paula González pasó sus años de niñez en León, de donde era su madre, concretamente de Veguellina de Órbigo.
Paula González pasó sus años de niñez en León, de donde era su madre, concretamente de Veguellina de Órbigo.
¿A qué huele la ausencia? La del padre de Paula González a limón y a hierbabuena, a romero, lavanda, salvia y aceite de almendras. Son algunos de los elementos que su padre dejó en los jabones que apiló en Hospital de Órbigo antes de morir. Allí era alquimista y dejó a su hija la fórmula inicial de un éxito que ahora tiene el nombre de The Singular Olivia, la marca de jabones, velas y productos de belleza que Paula regentaahora en Segovia. Su niñez la pasó en León, la tierra de su madre, de donde conserva esencias y de donde regresa siempre con una lágrima tras pasar unos días. «Yo volvía mañana mismo», reconoce. Mientras tanto, vende los aromas de la ausencia reconvertidos en jabones que condensan el sabor de un mojito, el olor a las vacaciones, a 20.000 pompas de viaje superlimpio...

– ¿Cómo ha sido la aventura de emprender? ¿Estaba entre tus planes?– Para nada, cuando falleció mi padre toda la familia quedamos en una situación muy complicada. A mi me pilló estudiando un máster en Barcelona y sin saber como iba a pagar el alquiler así quecomencé a vender sus jabones a través de un blog, y fue bien, tan bien que cada vez le tenía que dedicar más tiempo, aprender a formular, retomar proveedores, fórmulas, procesos, publicidad, imagen... Pero como casi no tuve tiempo de trabajar en lo que había estudiado puesto que pasó cuando aún estaba terminando mis estudios, me costó muchos años darme cuenta que no era un hobbie ni una salida rápida.Tardé casi dos años en darme cuenta de su profesionalización y menos de tres años para hacerlo en modo serio: crear una S.L. montar un lugar físico, contratar un laboratorio, un técnico...– ¿Retomar el proyecto de tu padre ha conllevado una responsabilidad añadida o ha facilitado el camino?– Creo que hubiese sido más fácil empezar de cero, pero sin embargo, si no hubiese encontrado esos jabones en la fábrica de mi padre, nunca, jamás, ni remotamente, hubiese acabado en el mundo de la cosmética. Es una carga, sobretodo emocional, continuar y rehacer un proyecto en pleno duelo, sin fondos, de forma autodidacta y autofinanciada, ha sido un camino difícil y áspero pero es verdad que hoy en día me emociono de ver todo lo lejos que se ha llegado.– En tus productos, ¿hay alguna esencia que haya salido de León además del germen en sí del propio proyecto?– Por supuesto, la influencia de los aromas verdes y ecológicos es uno de nuestros sellos de identidad. Al fin y al cabo yo creo desde los recuerdos y mis recuerdos están allí, en los domingos en Barrios de Luna, en las tardes aburridas en el pantano de Villadangos, en los paseos en bici por las vegas de La Bañeza, en el olor de las chimeneas en el pueblo, en ese frío de León que te traspasa la bufanda y te refresca la pituitaria... Cuando yo era pequeña recuerdo que la Diputación de León encargó a mi padre una especie de souvenir para una feria, se trataba de unos ambientadores que imitaban la forma de una banderola medieval con un diseño de su querido amigo y artista Alejandro Cartujo. Era un león en modo vidriera, (muchos lo recordarán por que hasta lo que yo se tuvo tanto éxito que se quedó como una especie de sello de la marca Productos de León), se llamaban ‘Lo bueno de León’ y estaban impregnados de aromas de la tierra: tomillo, salvia, espliego, ruda, clorofila... Eran una maravilla y conseguían trasladar a cualquiera a los campos, las montañas y los bosques tan maravillosos que tenemos en esta tierra.– ¿Qué es para ti la belleza y como lo enfocas desde tu empresa?
– La belleza para nosotros es cuando notas que algo está hecho con mimo, con amor, y consigues que ese sentimiento traspase al cliente. Cuando ves la cara de felicidad de quien descubre un aroma que le trae buenos recuerdos. Cuando alguien se siente bien con algo que has seleccionado para él. Cuando recuperamos nuestra autoestima disfrutando de un olor, una crema, una sensación.

– ¿Quién es Olivia y cuál es su filosofía?
– Olivia es un nombre ficticio que alude a una historia familiar de mi abuela y a su origen en común con el aceite de oliva, que es una de las bases de nuestros jabones. Hoy es, además, esa amiga que comparte sus secretos de belleza y lifestyle contigo sin guardarse nada, contándote esa última crema que ha descubierto o ese té tan rico que se lleva a la oficina, y encima cuando se va de viaje te trae productos de fuera que son imposibles de conseguir aquí. Todo eso es www.thesingularolivia.com.

–Tus productos triunfan. ¿Dónde está la clave del éxito?
– Trabajamos mucho y siempre desde un punto romántico, en el que no nos importa los tecnicismos económicos, solo los procesos, el origen y el resultado, y como es algo que en nuestros días escasea, quien nos encuentra nos valora y nos apoya, lo cual es una suerte y un éxito. Pero la realidad es que el éxito está en nuestros productos, ellos solos son capaces de enamorar al consumidor, hacerle repetir y que tras tan buena experiencia se hagan fans, brandlovers (como se llama ahora) y en definitiva nuestros mejores comerciales con la recomendación efusiva de nuestros productos. Con estos productos tan espectaculares de arriba a abajo... que triunfen es lo más lógico.

– De momento en Segovia, ¿quizá algún día en León?
– Sueño con ello y paseo por León con la nariz pegada a cada escaparate con un cartel de se alquila. Luego entre el Barrio Húmedo y el Romántico empiezo a definir los pasos de la apertura con la efusividad propia de esos dos barrios, y en la vuelta a casa pienso: «Bueno Paula, quien sabe, algún día...».
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