Emprendedoras siguiendo la tradición

Ángela Bodega y Patricia Fernández apuestan por el medio rural y por dar continuidad a sus empresas familiares para conservar su esencia

Alejandro Rodríguez
24/11/2022
 Actualizado a 24/11/2022
A la izquierda, Ángela Bodega de La Huerta de Fresno y, a la derecha, Patricia Fernández de Chocolates Santocildes. | L.N.C.
A la izquierda, Ángela Bodega de La Huerta de Fresno y, a la derecha, Patricia Fernández de Chocolates Santocildes. | L.N.C.
Preservar y dar a conocer la singularidades de los productos de su tradición familiar a la vez que apuestan por el medio rural. Ese es el camino de vida que han escogido tanto Ángela Bodega Pereira como Patricia Fernández Castaño y del que ambas presumen con «orgullo».

En el caso de Ángela, graduada en Comercio Internacional y tras trabajar en Marbella en el mundo de la venta y exportación de productos de alimentación, en marzo de este año decidió darle un giro a su vida y emprender su camino en La Huerta de Fresno, una pequeña empresa familiar de Fresno de la Vega dedicada a la elaboración de conservas vegetales de alta calidad.

Por su parte, Patricia es graduada en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y desde el primer momento tuvo clara su apuesta por su empresa familiar de Chocolates Santocildes (fundada en 1916 en Castrocontrigo) por su pasión por el cacao, la cual también le llevó a viajar a Brasil aprovechando una beca Amicus para conocer todo detalle de dicha materia prima. La primera mujer en cinco generaciones, es ya una de las caras más visibles la empresa familiar y ejerce principalmente como jefa de calidad en I+D+i, entre otros muchos quehaceres.

Pura vocación


Tanto Ángela como Patricia reconocen que la vocación por ayudar a la familia y mantener la tradición en la elaboración de sus productos que han visto desde pequeñas ha sido el gran motivo para dedicar su vida laboral ligada al mundo rural en lugar de buscar otros alternativas de trabajo.

«Siempre he ayudado a la empresa familiar, pero tras trabajar en Marbella, pensé que era el momento de dar continuidad a la empresa familiar que lleva casi 30 años funcionando y en marzo de 2022 decidí dedicarme de lleno a ello», asevera Ángela, que eligió emprender esta aventura en Fresno de la Vega porque «cuando trabajas para ti mismo, trabajas por una ilusión y por ver cómo crece tu propio proyecto». «Siento que tengo más beneficios profesionales y personales aquí que en ningún otro sitio», afirma.

En la misma línea, Patricia afirma que «Chocolates Santocildes, como otras empresas con tradición, creo que guardan la esencia de lo que es León. Son procesos productivos que si se pierden nunca se van a recuperar y sentía que si no apostaba por preservar eso, estaba dejando de lado nuestra esencia». «Puedes trabajar en una empresa tus ochos horas y luego tener el sueldo en el bolsillo, pero ver crecer el trabajo familiar y al producto que tanto cariño le pones, creo que son un orgullo y una satisfacción que no te da una gran empresa», matiza.

Fuerzas de donde no las hay


Pese a tener la ventaja de emprender a través de una empresa familiar ya asentada, las dificultades no son pocas, tal y como reconocen Ángela y Patricia, que aseguran que en repetidas ocasiones tienen que sacar fuerzas de donde no las hay. Principalmente, coinciden en las trabas burocráticas, «que te quitan mucho tiempo productivos en un trabajo como el nuestro en el que tienes que hacer muchas cosas», resalta Ángela.

Por otro lado, Patricia confiesa que muchas veces se ha tenido que llenar de «paciencia» porque «a veces se creen que estás aquí por ser ‘hija de’ y no por la valía de lo que haces». «Me han llegado a decir que dónde está el jefe, que no hablan con azafatas», concluye, la que además de estar al frente de Santocildes, es presidenta de la Asociación de Productores Agroalimentarios de León, forma parte de la Sociedad Española de Seguridad y Calidad Alimentarias (Sesal) y es vocal por León de la Asociación de Científicos y Tecnólogos de Alimentos de Castilla y León (ACTA/CL).
Lo más leído