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Empleo y elecciones

17/12/2015
 Actualizado a 10/09/2019
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Uno de los datos más reveladores sobre la evolución social y económica de las provincias es la trayectoria del empleo a lo largo del tiempo. Haciendo una generalización, un crecimiento en el número de empleados indica el camino al alza de la población en un territorio. Una evolución del número de empleados peor que la media nacional indica una pérdida de peso. Igualmente nos permite observar si una provincia se halla inscrita en una zona más grande con una buena o mala trayectoria.

Los datos del empleo de la Encuesta de Población Activa del tercer trimestre, que vengo tabulando en los últimos decenios, nos muestran algunos datos esclarecedores. Desde el tercer trimestre de 2010 hasta el de 2015 León ha perdido unos 14.000 empleos. Eso sitúa a esta provincia en el puesto 39º de 50 (sin Ceuta ni Melilla) por porcentaje. No se puede decir que estos cinco años hayan sido buenos. Los datos de cotizantes a la Seguridad Social corroboran la tendencia, ya que entre noviembre de 2011 y noviembre de 2015 se perdieron 12.000 cotizantes. Por esta razón también, el mercado laboral leonés en el Siglo XXI ha pasado de suponer el 1,08% del total nacional a un 0,95%, lo que refleja una pérdida de importancia y de ritmo respecto al conjunto de España.

En lo que va del Siglo XXI León es la quinta provincia por la cola en la evolución de su población activa ocupada. El hecho de que Lugo, Orense y Pontevedra se hayan comportado peor que León quiere decir que nos encontramos en una zona amplia con un problema de baja actividad económica. Por su lado Palencia es la séptima por la cola, lo que corrobora que se trata de un problema más amplio. De hecho Valladolid, con ir algo mejor que León, es la segunda provincia con sede autonómica por la cola. Es evidente que las estrategias de promoción económica están fallando y que la administración pública, rectora de las principales políticas no es eficiente tal y como está diseñada.

En este capítulo hay que señalar que las provincias con sede autonómica evolucionan mejor que la media española (26% contra el 23%). Sin embargo son las autonomías uniprovinciales las que están creciendo sustancialmente por encima de la media general y de las de sus zonas (35%). Parece que la configuración de diputaciones de elección directa por los ciudadanos y con un contacto estrecho con sus territorios es el modelo más eficiente para el buen gobierno. Por eso choca oír afirmaciones contra las autonomías pequeñas, probablemente basadas en sensaciones y tópicos, y no en datos objetivos. Esa además podría ser una solución para esta provincia.
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